lunes, 30 de abril de 2012

La aventura de la Manilla

Por favor, si alguien tiene el mail de Indiana Jones, que me lo pase. Desde que me instalé en mi piso tengo un problema: la ventana del cuarto de baño no tiene manilla que la abra o la cierre. Vivo sin vivir en mí, con un excusado ya hiperventilado, ya cerrado a cal y canto, dependiendo de la estación. Y claro, en Libia, las cosas de palacio, de piso, de choza, de lo que sea, van despacio.


Todo empezó cuando me mudé y vi que la ventana del baño no podía cerrarse, porque le faltaba la llave, manilla o manivela que de ello se ocupa. Como no es algo que sepa arreglar, y no lo había roto yo, bajé a la oficina del casero con mil preparaciones: busqué en el diccionario cómo explicarle la situación, pero, ¡aciago destino!, en mi diccionario no viene la palabra manilla (lo que habría dado igual, porque resulta que en árabe, no me preguntéis por qué, manilla se dice manilla); la traducción que terminé por escoger fue “en la ventana no hay manillar”, y, suponiendo que lo de una ventana sin manillar podría desconcertar al dueño de mi casa, tomé un par de fotos del desaguisado con mi ultramoderno y funcional Samsung galaxy, el móvil con menos batería del mercado, por cierto.

Le enseñé todo el material, y no entendió nada. Subió entonces conmigo al piso para verlo con sus ojos, y me dijo que ningún problema, que lo arreglaba en seguida.

Al rato me llamó Hamza. Me dijo que qué problema tenía, que el casero le había llamado diciéndole que me pasaba algo, pero que no entendía el qué.

Libia.

Al final nos aclaramos todos, y el casero me aseguró que en dos días me avisaba para concertar una cita con alguien que repararía la ventana. Hice mis cálculos, y concluí que en siete u ocho días alguien vendría.

Efectivamente, a los diez días el casero me llamó y me trajo una manilla, acompañada de un albañil que está haciendo unas reformas en el primero. Subimos al piso para arreglar la manilla.

La manilla no servía. Sería aburrido explicar el por qué, el caso es que no servía.

El casero se enfadó mucho, pero el albañil le explicó el asunto, y se quedó conforme. Mañana o pasado lo arreglamos. Traduje la expresión a dentro de diez días.

Hoy se han cumplido doce días, creo. Al pasar delante de la oficina, me ha llamado el casero, y me ha dicho, ojo al dato, que saque la ventana del marco y se la lleve. Pues nada, eso he hecho, sacar la ventana del marco y llevarla a su oficina.

Y así estoy, compuesto y sin ventana. He eliminado el bífidus activo de mi dieta, porque la ventana está junto al wáter, y no tengo muchos vecinos enfrente, pero me parece feo hacer de vientre en público sin estar en una viña. Supongo que solucionaré el problema llevando y trayendo la cortina de mi cuarto, que no es otra que el resto de los cartones que envolvían el frigorífico, los que me sobraron al construirme la cortina de ducha. Parece que, a mi casero, las cortinas en general le parecen cosa superflua.

Esta vez no me ha dado un plazo de actuación, así que no puedo hacer cálculos. Espero que no se alargue demasiado el asunto, porque es cierto que los litros de agua que pierde la ducha se secan muy rápido con la ventana siempre abierta, pero me siento un poco streapboy al usarla, un streapboy bastante cutre además, peleándome con unos cartones plastificados y caminando sobre trapos de cocina para no romperme el cuello al escurrirme en los azulejos mojados. Sería un poco triste quedarme sin reputación antes de haberla tenido.

¡Una manilla, mi reino por una manilla!

3 comentarios:

  1. eso me acuerda de cuando estaba en Argentina. Un dia tenia que ir a la playa y no tenia banador. Asi que pregunté al senor de la ONG que se ocupaba de "nuestro bienestar" (un senor mayor, de unos 65 anos) si me podia prestar un banador.
    Despues de dos horas llega su amigo (mas joven), todo apresurado, diciendome algo como: "me ha dicho guillermo que tienes alguno problema con la banera...que pasa? todo bien? Guillermo està muy agitado..."
    En Argentina el banador se llama Malla.

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  2. Alfredo, ponte el despertador a las 3 a.m. y regúlatelo para que nadie te observe en tus grandes momentos!!!

    La Parda Alegre

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  3. Jaja, buen consejo, pero no va a hace falta, al dia siguiente la ventana (equipada con su manilla) me esperaba en la puerta del piso, asi que ya puede desahogarme en la mas completa intimidad.

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