martes, 22 de mayo de 2012

El viento trae la voz de Dios

El verano se acerca, y nos avisa con un sol cada día más lento, cada día permaneciendo un par de minutos más en el cielo. Ya no vuelvo del trabajo por la  noche, ahora podemos salir al balcón, encender un cigarro, y ver cómo se oscurece nuestro callejón, y cómo, justo antes de que los rosas y naranjas del cielo se vuelvan grises, el viento nos trae la Voz de Dios.

Hamza se va de viaje

Hamza ha estado un par de semanas fuera del país. Tiene un hermano viviendo en Grecia, así que se ha ido a visitarle. Para mí, como podéis imaginar, ha sido un fastidio, pero, como también podéis imaginar, ha vuelto cargado de ocurrencias.

Creo que podemos considerar este viaje como la primera experiencia europea de Hamza. Cierto que había estado antes en Malta (media hora de avión desde Trípoli), pero allí viven tantos libios, y el idioma maltés se parece tanto al árabe, que aquí hablan de Malta más o menos como hablan de Túnez o Egipto. Así que sí, digamos que Hamza no había pisado nunca antes suelo europeo.

Ha vuelto fascinado, y también fastidiado. Pasemos primero por la fascinación, por algunas de las cosas que nos fue contando a Markus y a mí el día que volvió y se pasó por casa:


viernes, 18 de mayo de 2012

En la azotea


Cuando vi el piso y descubrí que se podía subir a la azotea sin problemas, me alegré mucho. Pensé instantáneamente en sillas y mesas de plástico, desayunos al sol, cenas tomando el fresco en verano… luego empecé a vivir aquí, y he de decir que no he subido mucho a la azotea, básicamente solo para hacer un par de fotos, fumarme un cigarro y bajar. Pero claro, hay cosas que es mejor hacer en compañía, y tampoco me lucía mucho la idea de cenar yo solo con tanto aparato, y pensaba: “cuando venga Markus, ya subiremos y montaremos algo”. Bueno, Markus ha llegado, y sí, hemos subido a la azotea.


Happy Birthday


El otro día fue mi cumpleaños, y tuve un único regalo, merced a la tía de la prometida de Abdul. En fin, una foto vale más que mil palabras:



Diga treinta y tres II


Jueves 10 de mayo, Día 2

Nos reunimos a la misma hora y en el mismo lugar, vamos al hospital a recoger los resultados de las radiografías, así como un volante para que nos tomen muestras de sangre en otro lugar: no tenemos suerte. Al parecer han encontrado algo sospechoso en la radiografía de Silke, y como el médico no ha llegado (solo son las nueve de la mañana, qué queremos), no pueden permitirle seguir con el chequeo. Como tenemos que hacerlo todos a la vez, ninguno sigue adelante, lo dejamos todo para el tercer día, que, dado que hoy el jueves, tendrá que esperar hasta el sábado.

Por el camino a casa le decimos a Silke que no se preocupe, que seguramente un enfermero ha estornudado en su radiografía, y ha dejado así las sombras extrañas que aseguran haber visto en sus pulmones. De cualquier modo, nos quedamos un poco acongojados. En fin, a ver qué pasa el

Diga treinta y tres


Esta semana hemos tenido que hacernos un chequeo; la típica revisión que se hace en todos los trabajos, con el añadido de que, en caso de descubrir que padecemos alguna enfermedad contagiosa, no nos renuevan el permiso de residencia. Como podéis imaginar, esta formalidad, que en España te ocupa una hora (bueno, en Valencia toda una mañana, pero eso es un caso especial), en Libia te cuesta varios días.

martes, 15 de mayo de 2012

Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?

En Trípoli hay un ejército que no utiliza armas, pero que no las necesita. Su número es alto, su visión, imponente, sus cotidianos desfiles, imparables. Es el ejército de las bulminas, el ejército de los autobuses urbanos.

Y llegó Markus

El otro día llegó el que será mi compañero de piso y de trabajo durante, al menos, diez meses. Se llama Markus, es alemán y parece bastante majo.

No tomarás el nombre de Dios en vano

Un día conversaba con un amigo italiano y uno sueco (ciao Totti, hi suecs); el italiano y yo decíamos que los insultos y tacos en general son muy fuertes en castellano o en italiano, mientras que en sueco, en las lenguas germánicas en general, son más bien flojillos (ya, igual no es un tema de conversación que lleve muy lejos, pero qué queréis, somos así).

Consideraciones Cibernéticas

Lo primero, disculparme por esta larga ausencia, en estas dos semanas han pasado muchas cosas, desde un montón de trabajo (se acaba un curso y empieza otro, y mi jefa, Maria Valquiria, tachó la palabra improvisación hace mucho de su diccionario), hasta la llegada de mi compañero de piso. La vida, sin embargo, sigue su curso, y sigue apareciendo material apto para las crónicas libianas.

Lo segundo: muchos me habéis dicho que no podéis haceros Acompañantes del blog si no os abrís una cuenta; bueno, esto es cierto, pero digo yo: ¿por qué no os abrís una cuenta? No es más que una cuenta de correo electrónico, y hoy en día viene bien tener varias, una para lo personal, otra para lo profesional, y otra para el o la amante.

Por otro lado, si sois alérgicos al e-mail, también os digo que no os hace falta cuenta ni cédula papal alguna para leer el blog y hacer comentarios, así que valor, y al toro. Me hace ilusión veros como seguidores del blog cuando llego al ciber, pero no es algo imprescindible, si es que no podéis o no queréis hacerlo.

Y esto es todo lo que quería decir. La dirección agradece su visita, y pide disculpas por cualquier molestia que hayan podido padecer. Ahora, a colgar crónicas.

viernes, 11 de mayo de 2012

Primer Día del Trabajo en Libia


Hasta este año, Libia era el único país del mundo (dicho sea esto a la ligera) que no celebraba el día del trabajo. No deja de ser curioso, ya que durante más de cuarenta años ha sido una república socialista. El caso es que este año se han incorporado a tan simpática tradición, lo cual me ha permitido tener una semana con dos domingos. Y, os lo aseguro, ha sido un día de lo más productivo.


viernes, 4 de mayo de 2012

Obra cerrada por obras


Libia, como todos sabréis, acaba de derrocar a un dictador, y se enfrenta ahora al reto de abrirse camino hacia un sistema nuevo, que garantice libertad y prosperidad al pueblo. O algo así.

La sensación general aquí, sin embargo, es la de que el camino está tan lejos, que ni siquiera tiene uno intuiciones que le conduzcan en su dirección. Y digo en serio sensación general, no hablo de la sensación de un extranjero que, acostumbrado al espejismo de libertad de decisión que son las elecciones y las instituciones democráticas actuales, se encuentra con un país en construcción y no sabe por dónde puede uno meterle mano, no; hablo de la sensación de Hamza, de Abdul, de Mohamed, y de gente diversa con la que hablo por la calle. Nadie tiene ni la más remota idea de si esto irá a mejor, ni de cómo puede hacerse para que, sea como sea, vaya.
  

martes, 1 de mayo de 2012

Sexo


El Islam, como tantas religiones, tiene sus normas con respecto al sexo, y estas normas, como en tantas religiones, son bastante restrictivas. A esto se suma la sociedad, las tradiciones propias del pueblo, tengan que ver o no con la religión.