9 de abril
El pasado
jueves Hamza me llevó a ver una de las principales atracciones de la juventud
libia: consiste en ir a un gran aparcamiento cerca de la Plaza de los Mártires
(antes Plaza Verde, está en la antigua entrada por mar a la ciudad), y ver cómo
la gente hace trompos con el coche. Mientras aparcábamos, Hamza me dijo: “a
lot of bad guys. You will like it”.
Sí que hay
malotes, pero no tantos. Se les ve, algunos llevan pulseras hechas con balas de
gran calibre, a otros se les adivina la pistola, otros simplemente miran mal.
Sin embargo, la mayoría de la gente son aficionados al asunto, al final es como
un macrobotellón en un polígono, pero sin alcohol y con más ruido de coches.
Yo nunca
había visto esas cosas, solo en películas. Básicamente, la gente hace trompos,
toma curvas cerradas, y se dirige a toda velocidad hacia la gente para frenar
de golpe justo antes de matarlos. Me llamó mucho la atención el truco de girar
las ruedas traseras sin avanzar hasta que están tan calientes que humean, luego,
al arrancar, el coche deja una estela de humo y goma quemada, como un cometa,
pero en plan feo y antiecológico.
Hay gente
que hace caballitos con la moto o con quads, hay gente en bici (uno se puso la
bici en la barbilla y estuvo un rato manteniéndola en vilo), incluso hay gente
que lleva un coche pequeño, o lento, o feo, y pasan muy despacio por la pista
central del show, fardando de trasto inútil y muertos de la risa.
La grada se
compone de capós, techos de furgoneta, o es el mismo suelo, y a la gente le
encanta.
Lo que
menos me gustó fue el olor: los coches en Libia apestan de por sí, la mayoría
son viejos o están muy machacados, y cruzar la calle es en ocasiones asqueroso.
Pero claro, si encima están acelerando y frenando de golpe y a lo bestia, las
emisiones se multiplican. Añadámosle el olor a goma quemada de los neumáticos;
cuando un coche lleva mucho tiempo exhibiéndose, hay tal humareda a su
alrededor que es difícil verlo.
Mi
impresión general fue que es muy entretenido durante no más de cinco minutos,
pero quién sabe, igual dentro de unos meses llevo un deportivo tuneado a tope y
aspiro a pasar de Príncipe de Belher a Rey del Asfalto.
Mi principe de Beher! Te veo más haciendo caballito con la bici, dada tu condición de ecologista! :D
ResponderEliminarUn beso
Katxiri