Decisiones, la vida
es una sucesión de ellas. Continuamente nos encontramos frente a dos o más
puertas, escogemos una de ellas, las otras se cierran, a menudo para no abrirse
nunca más. ¿De segundo carne o pescado? ¿Ciencias o letras? ¿Derecha o izquierda?
En mi caso, desde hace semanas veo que tengo que tomar una decisión
trascendental. A ver qué opináis.
viernes, 29 de junio de 2012
martes, 26 de junio de 2012
Señor, quiero casarme con su hija
Las bodas
en Libia. Todo un mundo. Dudo mucho que pueda llegar a conocer todos los
entresijos, curiosidades y tipos de noviazgos y matrimonios que, según parece,
se dan por aquí. Sin embargo, algunas informaciones ya he logrado recopilar,
así que, como el tema es jugoso, aquí va una primera entrega: la pedida.
lunes, 18 de junio de 2012
Show me the money
A los
libios les encanta llevar cosas en la mano. Ir por la calle sin llevar el
móvil, las llaves del coche, un papel o cualquier otra cosa, no sé, es como no
ir por la calle. Mires donde mires verás hombres con cosas aferradas entre los
dedos, y lo que más a gusto llevan, cómo no, es el dinero.
miércoles, 13 de junio de 2012
Por parroquias
Durante
los primeros días que pasé aquí, un detalle me intrigaba sobremanera: hacía
mucho tiempo que no llovía, según me dijeron, pero yo entraba a cualquier
edificio y me encontraba charcos; charcos en las tiendas, charcos en la
universidad, pisos con charcos y con el barrillo que resulta de pisarlos. No
encontraba explicación, pensaba en gente derretida por el calor, en alguna
costumbre misteriosa consistente en fregar los suelos a medias, en sistemas
anti-incendios con vida propia… la respuesta, sin embargo, era mucho más
sencilla, y estuvo todo el tiempo delante de mis narices, pero hasta que conocí
al doctor Asem no fui capaz de encontrarla.
El
doctor Asem es profesor de inglés en el departamento de idiomas de la universidad
privada de Trípoli, y no es que le conozca mucho; en mi segunda semana aquí me
lo presentaron, me deseó suerte, y ahí terminó nuestra relación. El asunto es
que al día siguiente volví a verlo, en una situación que no me esperaba.
lunes, 11 de junio de 2012
Este pueblo es una ruina
2 de junio
Libia, como
tantos países del Mediterráneo, tiene una historia larguísima; de hecho, su
nombre es uno de los más antiguos que quedan, usado ya por los griegos y,
después, por los romanos. Al parecer procede de sus primeros pobladores
conocidos, la tribu de los Libu, tras los cuales han vivido aquí
fenicios, griegos, cartagineses, romanos, bizantinos, vándalos, árabes, turcos,
españoles e italianos, citando de cabeza.
A una hora
en coche, dirección Túnez, se halla la pequeña ciudad de Sabratah, fundada por
los italianos hace casi cien años en el emplazamiento de la Sabratah original,
próspera ciudad Fenicia primero y romana después. Bueno, pues Maria Valquiria
propuso hacer una visita turística, y ayer estuvimos allí. Fue un viaje de lo
más guiri, así que hice todas las fotos que pude con mi querido Samsung Galaxy,
lo cual no fue nada fácil, ya que cuando aprieta el sol no se distingue nada en
la pantalla, así que tengo que fotografiar de oído. No he quedado muy contento
con el resultado, espero que os gusten.
Radio Patio
Cuando llegué a Trípoli, los tres pisos de mi bloque estaban recién pintados y vacíos;
en un mes los habíamos llenado. No creo haber comentado que mi casero (os
acordáis, ese señor que se fue a veranear a Sodoma y volvió escaldado) es el
dueño de todo el bloque. Le llamaremos Mister Freddy, en honor al cantante de
Queen, con el que tan bien se habría llevado.
jueves, 7 de junio de 2012
lunes, 4 de junio de 2012
Mamá, de mayor quiero ser milicia
El levantamiento
popular contra Gadafi, la posterior guerra civil, y la derrota del régimen, han
tenido varios protagonistas claros: vaya por delante el pueblo libio, digno de
elogio; la OTAN, claro, sin cuyos bombardeos es probable que el “amigo excéntrico
de occidente” siguiera en el poder; por último, los más visibles, aún hoy: los
milicianos.
domingo, 3 de junio de 2012
Hablando por los codos
Mis
queridos acompañantes, me llena de orgullo y satisfacción deciros que empieza a
notarse una progresión en mi árabe; después de mucho esfuerzo y de tirar la
toalla varias veces, he completado mi primera conversación improvisada, no
limitada a cómotellamasdedóndeerestegustalibia, y puedo decir, con
alegría y vanidad desorbitadas, que, lingüísticamente hablando, he pasado de completa
nulidad a idiocia manifiesta.
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