miércoles, 28 de agosto de 2013

Liberando al personal



Tengo otras cosas en la recámara, pero como parece que Estados Unidos, Reino Unido y Francia (entre otros) se muestran decididos a atacar Siria en breve, me parece apropiado sacar un tema del que, aunque pase el tiempo, se sigue hablando bastante en Libia: el ataque “aliado” que, en último término, propició la caída Muammar El-Gadafi.

lunes, 26 de agosto de 2013

Recuerdos del último Ramadán



Este año solo he pasado en Libia los primeros tres días del Ramadán, y no he intentado ayunar ni uno. Sin embargo, y de forma inevitable, he vivido los preliminares, y me he pasado después los tres días sin comer, beber ni fumar en público. 

Haciendo memoria, hay un par de cosas que me han llamado la atención durante esas dos semanas de tremenda anticipación, así que aquí os las pongo.

miércoles, 21 de agosto de 2013

¡Lorenzo, maniféstate!



Quizás alguien se haya dado cuenta de que llevo más de un mes sin publicar nada, y es porque me he ido de vacaciones a España, así, sin avisar ni nada. Me cuentan mis contactos en Silicon Valley que, ante la falta de novedades libianas, la actividad en internet se ha reducido al 3’58% de lo que es habitual, así que he decidido ponerme de nuevo manos a la obra.

La verdad, lo que he visto y hecho por Europa se merecería más de una crónica. Por ejemplo, he descubierto que bañarse en una poza es de lo mejor (y de lo más frío) que te puede ocurrir en la vida, he pasado por zonas de España que no conoce casi nadie y que tienen una naturaleza apabullante, he visitado pueblos aragoneses petados de arte e historia, pero que parecen cerrados por derribo, me he echado varios centenares de cañas fresquitas (ya, bueno, eso no suena tan especial, pero a mí se me escapa la lagrimeja), he constatado que los Alpes son muy altos y tienen nieve en verano, y por si todo esto fuera poco, cuando llegué a mi pueblo me topé con el hecho ominoso de que hacía más calor (literalmente, yo como siempre todo rigor) que en la mismísima Trípoli, a dos pasos del Sahara.

Las vacaciones, sin embargo, pasaron como un suspiro, y esta mañana he vuelto a Libia. Tras la típica discusión de aeropuerto con el taxista (¿te crees que soy tonto? ¿Cómo me voy a creer que eso es el precio normal por ir al centro, no ves que te estoy hablando en libio????), pude disfrutar del amoroso tráfico local, con sus entrañables derrapes y sus melosos insultos. A las pocas horas de estar aquí, ya intentaba otro taxista que me convirtiera al Islam, esa fijación que tanto se estila por estos lares. Al llegar a casa he descubierto que se ha instalado un ejército de hormigas, y Mirco dice que en el país la guerra está a punto de estallar (o algo), pero la gente en la calle bebe café y conversa como si estuvieran esperando a que comience un partido de tercera regional…

Así, sentado en mi cuarto, con la mezquita a mi izquierda y una cerveza sin alcohol a mi derecha, tengo la sensación de que nada ha cambiado, y a la vez ganas de ver en qué medida me equivoco. Voy a ponerme un poco al día (en vacaciones me someto a un autoimpuesto bloqueo informativo), a charlar con la gente, y en cuanto me entere de cosas o me suceda algo simpático os lo cuento (y me encantaría que me dierais vuestra opinión de vez en cuando, ejem, ejem).

¡Salud!

P.S: acabo de oír fuegos artificiales. Mucho, mucho, no ha cambiado el asunto, no.