Esta es una entrada
ajena al tema del blog. Dado que muchos habéis expresado vuestro deseo de que
suba fotos, me parece apropiado dedicarle un momento a explicar mi protocolo de
actuación al respecto.
Vaya por delante
que habrá fotos, no lo dude nadie, a mí también me gusta verlas y entiendo que
a los demás les ocurre igual. Dicho esto, debo decir que hace ya años que
decidí hacer ninguna o muy pocas fotos en mis viajes, decisión un poco tonta
para algunos, pero que sigo casi a rajatabla. ¿Por qué?
- Cuando hago fotos me pierdo cosas. Quizá esto me ocurre solo a mí, pero
parece que el hecho de ir haciendo fotos conlleva que luego no tenga
muchos recuerdos en la cabeza. Los viajes que he hecho sin cámara
permanecen más vívidos en mi cabeza, ya haya estado en ciudades, pueblos o
montes. Me pasa esto con Estambul o con Atenas, sitios de los que tengo
estupendos álbumes en la estantería, y unos pocos recuerdos inconexos en
la cabeza, mientras que de Estocolmo, donde apenas saqué una instantánea,
conservo punto por punto lo que hice, lo que vi, de lo que hablé con el
amigo al que visitaba…
- Paso de ser un turista. Los turistas no me molan mucho en
general, pero aquí son peor, en primer lugar porque no hay muchos, y en
segundo porque se ven expuestos. La única vez que alguien me ha molestado
desde que estoy aquí, ha sido haciendo fotos, será casualidad, pero así ha
sido. Tengo algo muy presente en la memoria: la biblioteca municipal de la
ciudad donde estudié está emplazada en un edificio histórico, y no olvido
las miradas de los turistas cuando iba a sacar libros: “mira, un animal
autóctono”. Llamadme radical, pero no es la imagen que quiero dar de
mí mismo.
- Quiero confundirme con el paisaje. Nunca llegaré a ser tripolitano, pero
puedo llegar a ser el español de Trípoli, y eso me gusta. El español de
Trípoli no puede ir sacando fotos de las mezquitas y demás, tiene que
darlas por hechas. Claro que sacaré fotos, pero pocas y cuando no me vean
o no llame la atención. Me da la sensación de que la cámara y cosas por el
estilo me separan del sitio, me vuelven ajeno a él, y eso es justo lo
contrario de lo que busco en cada viaje, que no es otra cosa que
transformarme por unos días, meses o años en parte del lugar nuevo, dejar
de ser Lorenzo para ser, en la medida de lo posible, Norbert, Ahmed o
Miroslav.
Así que no me lo
toméis a mal, de verdad que habrá imágenes, pero no sé cuándo llegarán ni cómo
serán. Puedo decir para vuestro consuelo que Trípoli tiene poco que ofrecer a
la vista, no es como si viviera en Florencia. Espero no parecer un borde y que
me entendáis, y que mis narraciones puedan haceros ver con la imaginación esta
ciudad fea pero fascinante en la que vivo.
Ok, ok, verstanden. Du bist mir deswegen nicht unsympathisch. Keine Sorge! Ich hab´dich auch ohne Fotos lieb. Gruß und Kuss
ResponderEliminarKatxiri
Alles Liebe Mäuschen, aber Fotos wirst du bekommen, versprochen!
ResponderEliminarSir Lawrence, estoy con usted. Pertenezco al mismo club, pero añado que en mi caso no se ni como se mete un carrete en las digitales.
ResponderEliminarUn abrazo
Kubrick
Yo no lo veo como un tema de debate, pero ya que lo expones y lo argumentas, por mí todo correcto, no veo problemas. HAce poco en otro blog le decía a un coleguita que las fotos en los artículos es como el ketchup, no aporta gran cosa pero: 1) ayuda a tragar carnes malas o 2) oculta el buen sabor de carnes buenas. Por eso cuando tienes entre manos una buena carne no le eches ketchup. Como estás escribiendo de lujo yo lo dejaría así, tal cual, y cuando quieras/puedas unas afotitos para la gente del llano no estaría mal (a mí me interesa Hamza, no la mezquita)
ResponderEliminarEso es lo mas tentador. Tengo una vecina que lleva el vestido tipico de la mujer libia, una sabana blanca que se sujeta con la boca, y ya he probado un par de veces a pillarla, pero es escurridiza que no veas.
ResponderEliminarCon lo que cuentas y escribes, cada cual se va haciendo un álbum de fotos propio...está bien que no esté todo dado, la imaginación puede ser fascinante! Aún así aquellas que pongas serán bienvenidas
ResponderEliminar¡Gracias! De vez en cuando ya cae alguna, pero sí, pienso lo que tú. Por lo visto una vez hubo una encuesta en colegios de Inglaterra: "¿qué prefieres, la tele o la radio?" Uno de los pocos niños que escogió la radio lo justificó así: "con la radio veo cosas más bonitas".
Eliminar