martes, 30 de abril de 2013

El viernes, misa y paella



Todo empezó hace algunas semanas, sentados los amigos junto a la tienda de Abu, en la Calle Blanca. Uno de ellos, Ahmed, me preguntó si conocía baila.

-         ¿Baila?
-         Baila – me quedé muy confuso; la palabra baila designa en árabe al síndrome de down, y en castellano ya sabéis.
-         ¿Qué quieres decir?
-         Baila, la comida española, arroz con marisco.
-         ¡Paella! – acabáramos - ¡claro que la conozco, y bien buena que está!
-         ¿Y sabes cocinarla?
-         Hombre, pues…
-         No se hable más; el viernes que viene nos vamos a mi granja y nos comemos una paella.

Ya estaba liada. Lógicamente, no podía negarle tan pequeña cosa a mis amigos de aquí, los mismos que me llevan de paseo aunque apenas hablo, que me ayudan cuando lo necesito, y que le dan color a la rutina diaria; sin embargo, he hecho tan solo tres paellas en mi vida, y las tres con los ingredientes adecuados, sin presión mediática y con una paellera…

Como no podía ser de otra forma, me declaré entusiasmado por la idea, y rápidamente me puse a buscar una receta sencilla en internet.


sábado, 27 de abril de 2013

Una de números



Como todos sabréis, los números que utilizamos en Europa proceden de los árabes; estos señores con turbante y un gran amor hacia la matemática conquistaron la península ibérica, y a través de ella extendieron la nueva numeración por todo el continente, desbancando así a la numeración romana o a la cirílica (¿?), las cuales, entre otros defectos, carecían del 0.

Siendo eso así, yo esperaba llegar a Libia y, al menos, comprender los números desde el primer día… ¡pero no! ¡Resulta que usan otros! ¡Y los que para mí son normales, ni siquiera los inventaron los árabes! ¡Todo es mentira! 

miércoles, 24 de abril de 2013

Feliz Día del Libro



No pensaba que escribiría esta entrada, pero sí: Trípoli ha celebrado el Día del Libro y, obviamente, este ha tenido sus anécdotas libiescas.

lunes, 22 de abril de 2013

Haciendo el bereber II



Karím accedió finalmente a rezar, y yo, aun a sabiendas de que mi presencia no era requerida, estaba lejos de resignarme a esperar en la puerta y perdérmelo todo.

sábado, 20 de abril de 2013

Censúrame otra vez



¿Habéis oído hablar de una película llamada Titanic? Igual no, ya que es una producción bastante underground enmarcada en el cine independiente, así que os pongo en situación.

Rose es una chica de clase alta, Jack es un chico de clase baja, se conocen a bordo del Titanic y se enamoran mucho; en un momento dado se meten en un coche, y hacen tantas guarreridas que empañan los cristales.

¿Seguro? Porque si veis la película en la cadena MBC, ¡descubriréis que los cristales se empañan solos! Otra mentira de Hollywood.

Sí acompañantes, la tele árabe ha entrado en mi vida y en mi mente, pisando fuerte, pisando fuerte.

viernes, 12 de abril de 2013

Hasta San Antón, Pascuas son



Estaríamos a diez de enero cuando volvía yo del trabajo a casa. Me llamó la atención un hombre que colocaba multitud de arbolitos frente a su tienda y, al acercarme más, descubrí que no eran unos árboles cualquiera: ¡eran árboles de navidad!

Como en Libia puedes hablar con quien quieras y cuando quieras (siempre y cuando no se trate de una mujer), me dirigí a él sin más:

-         ¡AsSalam aalekum!
-         Wa aalekum assalam.
-         ¿Qué haces? ¡La navidad ya ha pasado!
-         Ya lo sé, ¿por?
-         Bueno, esto son árboles de navidad.
-         ¿Esto? No
-         ¿Cómo que no?
-         Esto son árboles para el maulid.
-         ¿En maulid se ponen árboles en las casas?
-         Sí.

Efectivamente, dear acompañantes, lo de poner un abeto en el salón para llenarlo de luces y estrellitas no es una tradición centroeuropea, qué va. Eso son tonterías que nos inventamos en el mundo occidental. Los árboles de navidad son en realidad árboles de maulid.