martes, 1 de mayo de 2012

Sexo


El Islam, como tantas religiones, tiene sus normas con respecto al sexo, y estas normas, como en tantas religiones, son bastante restrictivas. A esto se suma la sociedad, las tradiciones propias del pueblo, tengan que ver o no con la religión.



Está prohibido mantener relaciones carnales antes del matrimonio. Por un lado es pecado, y por otro poco práctico, ya que lo óptimo es casarse entre vírgenes, está mejor visto, y si pierdes tu virginidad antes del matrimonio, no puedes casarte con alguien virgen. Cómo se comprueba hasta qué punto estás inmaculado es algo que ignoro, pero por lo visto se comprueba.

Una vez casado, puedes hacer lo que quieras salvo practicar la sodomía o, dicho más a la europea, el sexo anal. Esto está rigurosamente prohibido y es pecado grave, ya sea entre hombres o entre hombres y mujeres. Pero todo lo demás está permitido, siempre y cuando se practique en el seno del matrimonio. Puedes incluso tener relaciones varias veces seguidas, pero entre asalto y asalto debes hacer lo siguiente: Una vez concluido el acto, el hombre recita una breve oración de gracias a Dios (la traducción de Hamza fue estupenda: thank you God for this fuck). Tras esto, se imponen unas abluciones, que consisten en lavarse la mitad derecha del pecho, luego la izquierda, después la pierna derecha, después la izquierda, y finalmente las partes. Quizá me salto algo, pero básicamente se hace así.

El sexo adúltero, por regla general, está penado con cien latigazos, o incluso con la muerte por lapidación. Hamza dice que ya no se practica esta norma, pero que si tienes mucho interés en que lapiden a tu mujer o a tu marido, siempre puedes encontrar a gente dispuesta a ello.

El sexo entre adolescentes está más que prohibido, por religión y por ley social. Hace un par de semanas estábamos Hamza y yo sentados en un muro al lado del mar, un sitio tranquilo donde solemos ir algunas noches a tomar un café y charlar, cuando se nos acercó un policía. No sé si Hamza le conocía o no, el caso es que se pusieron a hablar: el hombre iba buscando a dos chavales que estaban dándose el lote por lo oscuro, y estaba bastante condenado, porque, si los encontraba, era posible que el chico pasara algún tiempo en la cárcel, y ya sabemos todos a qué cosas conduce la cárcel, más aún cuando se es joven. No sé si los encontraron, espero que no.

Y luego está el tema de la prostitución. Dado que en Libia hay hombres, hay también prostitutas, pocas o bien escondidas, pero las hay. Por mi calle suele pasear una, al poco de llegar estuvo hablando con Hamza y conmigo. Cuando se fue le pregunté a Hamza que qué nos había estado diciendo, y su respuesta fue esta: I am the most bitch of all the bitches. Habló más tiempo del que se necesita para decir eso, pero no obtuve mejor traducción. El caso es que con las prostitutas funciona como en tantas partes: hay quien las frecuenta y quien no, y los que las frecuentan muestran complicidad entre ellos, mientras que a ellas las desprecian; los que no las frecuentan desprecian a ambos. Aún no sé cómo viven, ni si tienen proxenetas.

En fin, que este no es el mejor lugar para venir a hacer turismo sexual, por si alguien se lo estaba planteando. Y aunque Hamza se pone enfermo cada vez que le digo que España está rodeada por cientos de playas, rebosantes entre otras cosas de chicas en bikini, dice que le gusta que el sexo esté tan restringido: you see AIDS in Libya? No AIDS here, you know, God protect us.

2 comentarios:

  1. Vamosque parece que el tello va a seguir tenso...

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  2. Todo parece indicar que si, a no ser que me convierta y encuentre una buena esposa.

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