martes, 10 de abril de 2012

Nociones básicas de árabe


El otro día me dieron mi primera lección de árabe. ¿He contratado a un profesor particular? Nop. ¿Voy a alguna academia? Nop. ¿No se os ocurre? Mi primera lección de árabe, como no podía ser de otra manera, me la dio Hamza.

Quedamos en su calle a tomar el té, pero primero pasamos un rato en la tienda de maletas de su amigo Naji; Naji no habla ni papa de inglés, así que me obliga a utilizar el poquísimo árabe que chapurreo, y estaba yo intentando decirle precisamente “yo estaba”, cuando Hamza perdió la paciencia: “do you have a paper?” “Yes” “You come with me”.




Me llevó al coche, me arrancó de las manos papel y boli, y se puso a divagar sobre el idioma. Claro, Hamza es nativo y es muy listo, pero no se había visto en la tesitura de enseñarle un idioma a alguien, así que el esquema fue algo así: empezó por el alfabeto, a la mitad más o menos cambió a las vocales cortas, cuando creyó que lo había comprendido, en lugar de volver al alfabeto, decidió enseñarme el presente, el pasado y el futuro de los cuatro verbos más importantes (según él), todo a la vez. Después de diez minutos, cuando yo retenía las lágrimas con la estoicidad de William Wallace en el potro de tortura, y él comenzaba a darse cuenta de que los tiempos verbales no son como las bebidas alcohólicas en un botellón de quinceañeros, que las puedes mezclar como quieras y siempre triunfan, me dice: “si io te… I teach you così, tu vai odiare l’arabo”. Certo. Así que volvimos al principio, poco a poco, y al final mereció la pena.

Un poco de gramática para que os hagáis una idea de la roca de Sísifo que es el idioma este: para empezar, algo que no creo que llegue a entender nunca: el infinitivo y la tercera persona del pretérito singular masculino son iguales, es decir: “beber” y “él bebió” se dice de la misma manera. ¿Por qué “él” y no “tú”? ¿Qué tiene “él” que no tenga “yo”?

En fin, sigamos, ahora ya con materia de la buena: la mayoría de los verbos se llaman, y ojo al palabro, trilíteros, porque tienen tres consonantes en la raíz, por ejemplo:

beber à sharaba.

Hasta ahí bien. Lo bueno viene al conjugar, cuando quieres decir “yo bebo, tú bebes”; en la mayoría de los idiomas europeos más comunes se cambia la terminación, o mejor aún, no se cambia nada o casi nada, caso del inglés. En árabe no es así. Se cambia la terminación, sí, pero aparte de eso las tres consonantes de la raíz se abandonan a una orgía lingüística, a un desenfrenado intercambio de parejas, y se colocan donde les da la gana, algo parecido a cuando se repite una foto de grupo y alguien dice “¡vamos a cambiarnos todos de sitio!”, solo que sin tantas risas. Bueno, ejemplo:

Infinitivo à fahima                   primera persona singular à amhafu

Eso en cuanto a los verbos trilíteros, porque he oído hablar de unos pocos que son cuadrilíteros, pero mi pobre corazón no se atreve aún a informarse.

Luego están las vocales; no ya el hecho de que no se escriben, prq n rb n s scrbn ls vcls, me refiero a que, si bien a priori en este idioma solo existen tres vocales (a, i, u), luego resulta que es mentira; tanto en árabe clásico (el del Corán) como en los dialectos (el libanés, el libio…) usan además la e y la o; va un ejemplo famoso: salam aleikum, que se pronuncia exactamente así. Entonces yo me paso toda la tarde intentando adivinar si “ktb” se dice kitab, katub, katib o kitub, ¡y resulta que igual se dice ketob!

Obviamente, está la relación imposible que se da entre mi libro de learn Arabic while you sleep y el árabe que hablan en Libia; cada vez que me aprendo cómo se dice algo y soy capaz de repetirlo, me corrigen, porque aquí no se dice así, o directamente no me entienden porque es demasiado culto. Y si pregunto cómo se dice algo, me suelen decir: “in good Arabic, ……, but in Libyan …”. Se me olvidan las palabras de una en una, como para aprenderlas a pares.

En otro orden de cosas, el problema es que todo el árabe suena a chino; cuando hablar es yatakalam, coche es sayara y abuelo es djaad, pues es difícil memorizar. Pero en fin, por lo demás es fácil, ya sabéis, además, si consigues aprender árabe creo que te dan el título de euskera y una cesta de navidad. Merece la pena.

Una posdata a propósito del idioma: hace unos días entré a una papelería a comprar un sacapuntas, y al salir, queriendo decir “muchas gracias”, por lo visto le dije al tendero “gracias, bonita”. Cosas de la vida.

4 comentarios:

  1. En un futuro me tienes que ayudar a mí también con este idioma, que me gustaría aprender. Aunque por lo que veo más vale ir reuniendo fuerzas para conseguirlo.

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  2. En cuanto me entere de algo te desoriento.

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  3. pfff...si, tu te quejas de eso que la tercera persona y el infinitivo son iguales...pero tio! te das cuenta que hablas un idioma donde mañana y mañana se dicen igual!!!! Por no hablar del hecho que no teneis ninguna palabra para decir "apparecchiare" e "sparecchiare"...y par decir "to dive" decis "tirarse al agua"...

    Voy a dormir que hay que llevar la Roma en la Champion's y tengo que estar al 100%.

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    1. como diría Stanis, ma tu sei troppo italiano, ti lo posso dire?

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