jueves, 13 de septiembre de 2012

Killing in the name of


Supongo que os habréis enterado todos: el martes once de septiembre una turba muy enfadada atacó el consulado de los Estados Unidos en Bengasi, con el resultado de cuatro estadounidenses muertos, entre ellos el mismísimo embajador. Piedras, pistolas y fuego, muertes, y todo… ¿por una película?
  

Ese parece haber sido el detonante de los ataques, reproducción de otros similares sucedidos horas antes en El Cairo, aunque con consecuencias mucho menos tristes (una bandera estadounidense rasgada). La película en sí (si es que realmente existe) relata la vida de Mahoma desde un punto de vista ofensivo, según muchos musulmanes. Yo no he visto ni siquiera el trailer, así que no sé si será ofensiva. Teniendo en cuenta que el Islam prohíbe cualquier tipo de representación física de Mahoma, el mero hecho de ponerlo en una película es ofensivo.

Al parecer, el productor o director, que no se sabe bien, es un estadounidense que promocionó la película dando nombre falso y diciendo, falsamente también, que tiene pasaporte israelí. No sé cuánto de todo esto será cierto, pero, la verdad, poco importa: cuando un tipo, presentándose a sí mismo como israelí, dice que ha rodado una película sobre Mahoma, financiada además por donantes anónimos también israelíes; cuando el mismo tipo asegura que “la película no pretende ofender a los musulmanes, solo mostrar la naturaleza esencialmente violenta del Islam”; cuando a este tipo le ejerce de padrino mediático un cura estadounidense que se enorgullece de ir siempre armado, y que tuvo su momento de fama por pretender quemar tantos ejemplares del Corán como fuera posible; cuando se dan estos factores juntos, está claro que el objetivo es provocar y buscar jaleo. De hecho, aunque no se hayan dado dichos factores, aunque todo sea un montaje, aunque ni siquiera haya película, el que haya manejado esos hilos quería que pasara exactamente lo que ha pasado.

Ahora bien, vayamos al otro lado: la película no la ha visto prácticamente nadie, estuvo en los cines estadounidenses un par de ratos, y poca gente ha tenido noticia de ella. Pocas personas la vieron también en el canal de televisión egipcio donde la emitieron hace unos días (vaya idea, digo yo). ¿De dónde ha salido la turba enloquecida, entonces? Por lo visto algunos imanes la criticaron por televisión, y advirtieron de que va contra el Islam.

Yo, la verdad, no lo entiendo. ¿Por qué condenar algo que no ha visto nadie, que no ha molestado a nadie, que no es peligro para nadie? Es la historia de las caricaturas otra vez, aunque en esta ocasión con más mala idea, me da la sensación.

En el ataque, según se dice, había básicamente salafistas. Los salafistas son una rama muy conservadora y muy radical del Islam, son tan extremistas que llevan un tiempo dedicándose a profanar tumbas de hombres santos (¡hombres santos del Islam!), porque dicen que venerar su memoria es idolatría. Además, como aquí seguimos sin un gobierno fuerte que les pare los pies a semejantes salvajes, estos se van creciendo. Pero son una minoría, una minoría que, ante la impunidad de la que goza, se permite cosas que, en circunstancias normales, no le serían posibles.

Sin embargo, es cierto que mucha, mucha gente aquí comprende que ocurran estas cosas. Lo que son las protestas frente a embajadas, sin muertos de por medio, eso el libio medio muchas veces lo aprueba y hasta lo celebra, también si son para quejarse por blasfemias cometidas en países extranjeros. Para muchos no resulta fácil comprender que un país no tiene la culpa de lo que haga uno de sus ciudadanos, y más cuando entra en juego la religión. Pero ahí está el problema, mezclar las palabras religión y comprender.

He tenido muchas veces la misma conversación aquella en la que me dejaron con la palabra en la boca, lo de que cómo es posible que Jesús sea el hijo de Dios; “I can’t understand that”, me dicen. Claro, contesto yo normalmente, porque la religión no se comprende, o crees o no crees. Ante eso me suelen intentar explicar la versión del Corán, explicar que Dios puso un trozo de su espíritu en Jesús, pero que de ahí a ser padre e hijo va un mundo. ¿Y cómo quieres que entienda que Dios puso un trozo de su espíritu en Jesús?, contesto yo. Pero claro, eso sí es comprensible, porque en eso sí creen.

La religión juega aquí un papel que nosotros no podemos ni imaginar, un papel que ni siquiera nuestros abuelos pueden imaginar, por más que el cura del pueblo les reprendiera si no habían ido a misa, algo difícilmente posible hoy. Lo impregna todo, lo condiciona todo, y lo que es más importante, todos creen en ello. O prácticamente todos, vale.

Unos que provocan, otros que se dejan provocar, otro disparo en el pie para la imagen internacional del mundo musulmán. Un asco. Espero que no sea un disparo en el pie para Libia: ayer noche se eligió nuevo presidente, el primer presidente elegido en democracia, que finalmente será Mustafa Abushagur. No era mi favorito, pero en fin, tampoco soy quién para juzgar. Quiero creer que las muertes de Bengasi, más que un impedimento, pueden ser un revulsivo, una llamada de atención para el gobierno que nos llega, y que, más nos vale, ha de ser inflexible ante la violencia impune, y un golpe más a la conciencia del pueblo, un recordatorio de lo que pasa cuando mezclas cosas que no se deberían mezclar.

En estos meses he hablado con muchos libios, bastantes de los cuales, creyentes confesos, consideran que la religión y la política tienen misiones distintas, y que la tradición y la modernidad no deben estorbarse. Ayer se reunieron cientos de ellos para protestar por los tristes hechos de Bengasi, y yo espero que sean ellos los que marquen el paso del país, y no cuatro beatos adornados con barbas y con muchos kilos de odio.

Aquí os dejo el editorial de hoy de uno de los periódicos más serios de Libia. Ea, que la paz sea con vosotros.

5 comentarios:

  1. Bueno, parece que, efectivamente, ni siquiera existe la película, solo existe el trailer, un casting que decía ser para una peli de aventuras, y sobre el que luego se dobló lo de Mahoma, hasta los actores se han quejado del engaño. Much ado about nothing, diría un inglés. Lo que no sé es qué es eso de que la emitieron en Egipto...

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  2. Pues las pocas nueces se han cargado a 5 tíos... vaya tela

    en fin, espero q se calmen las cosas y no tengas colgar un "killing in the name of" part 2

    antes de entrar al enlace he pensado, éste nos manda un artículo del Lybia Herald, que estará en... árabe¿?¿?... para que lo leamos¿?¿?

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  3. Ya... no quería minimizar el asunto, solo poner de relieve lo absurdo y, sobre todo, lo inmotivado de toda esta historia. El Imam de mi calle lleva desde la una dando la homilía (lo hacen por megafonía, de modo que se oye en todas partes), espero que esté llamando a ser razonables, y no a protestar como cafres.

    ¿Has leído el editorial? Es un periódico bastante inocente aún, pero apunta muy buenas maneras.

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