jueves, 23 de mayo de 2013

Taxi Chat



Tengo con los viajes en taxi una relación de amor y odio. En general no me gustan, no me gusta pasar tanto tiempo de mi vida subido en un coche que, debido a los constantes atascos, tarda media hora en cubrir un trayecto de diez minutos.

Sin embargo, los taxis son también un espléndido lugar para torturar al personal con mis balbuceos en árabe. Y los libios otra cosa no, pero sociables lo son un rato.

Así pues, dos o tres veces por semana tengo prácticas de idioma con un taxista al azar, y, de paso, suelo conocer a personajes de lo más curioso; es por eso que me he decidido a inaugurar una nueva sección en este vuestro blog, y espero que os guste.


Hace ya tiempo, tuve el honor de ser llevado al curro por Khaled, joven libio de unos treinta años. Después de una conversación cotidiana (de dónde eres, en qué trabajas, real o barchelona), la charla se puso de lo más trascendental:

-         ¿Te gusta Libia?
-         Sí, está muy bien. Hay problemas, pero la gente es muy buena.
-         ¿La gente? ¡Libia está llena de ladrones! ¡Y de armas!
-         Sí, bueno… conmigo la gente es muy simpática.
-         ¡Nada! ¡Libia no es nada! ¡Finished! ¡Finished! ¡La gente es stupid!
-         Bueno, Khaled, piensa que habéis tenido una guerra, las cosas no pueden ir tan rápido
-         ¿Rápido? ¡En Libia te matan rápido, eso sí es rápido!

Se alteró bastante, como podéis apreciar, y no hablamos más durante mucho rato. Finalmente abrió la boca de nuevo, con la intención de preguntarme algo que nunca me habría esperado:

-         ¿Bryan Adams es español?
-         … ¿Perdona?
-         Bryan Adams, ¿es español?
-         ¿El cantante?
-         Sí.
-         No, es… es canadiense, creo.

Khaled no dice nada más, pero yo no puedo quedarme así.

-         ¿Es que te gusta Bryan Adams? – Khaled, antes de contestar, entorna los ojos en un gesto soñador, enternecido:
-         Ah, Bryan…

Acto seguido, ignorando totalmente el tráfico enloquecido que rodea el coche, saca su móvil y se pone a buscar una canción, que inmediatamente hace sonar.

El potente sonido de su alcatel libiano nos envuelve, nos hace vibrar con el amor herido que el temazo Please, forgive me, plasma en dos docenas de versos. Os pego un trozo del estribillo, para que veáis a qué cotas de lirismo llegó mi viaje en taxi:


Please forgive me, I know not what I do
Please forgive me, I can't stop loving you
Don't deny me, this pain I'm going through
Please forgive me, if I need you like I do

Bryan Adams, Catacrock’n’roll


Lo que yo pudiera opinar sobre la canción le era totalmente indiferente al bueno de Khaled, que me echaba miradas en plan si a mí me gusta Bryan, a ti también. Ante eso, al poco rato estábamos los dos tarareando la canción.

Así fue el resto de mi viaje hacia la universidad, amarga nostalgia nuestras voces, dulce recuerdo nuestras miradas, dos latidos, un solo corasón.

Gracias, Bryan. Gracias. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario