jueves, 3 de enero de 2013

Ahora vas y lo cascas


Hace cosa de un mes llegué a la universidad y, sentado en un sofá que hay a la entrada, me encontré con Abdulhakim, un alumno. Como aún era temprano, me senté a charlar un rato con él.

 Abdulhakim es de estatura media y muy moreno. Como estudiante es el típico caso que asegura entenderlo todo, y luego no da ni una. Si intentas ayudarle, no te deja, y sigue sin dar ni una. Al final lo das por imposible, y en ese momento decide pedirte ayuda; te acercas pues a explicarle lo que sea, no te escucha, no da ni una. Como persona es un encanto.

Conversamos de esto y de lo otro, y finalmente llegamos al tema estrella, la religión. He aquí nuestra animada plática:

-         ¿Eres musulmán?
-         No, soy cristiano.
-         Hm… ¿y qué opinas de Jesús? – Ajá. Ya no me pillan de sorpresa: he aprendido que el Islam, si bien considera a Jesús un gran profeta, niega que sea hijo de Dios, y mucho menos Dios a su vez, ya que no hay más dios que Alá; es lo único que realmente molesta a los musulmanes respecto al cristianismo, lo consideran una especie de religión politeísta, gran pecado. Antes, cada vez que me sacaban el tema de Jesús, trataba de explicar lo de la Santísima Trinidad, pero ahora ya voy a saco para tocar un poco las narices:
-         ¿Jesús? Jesús es el hijo de Dios hecho hombre, y es Dios a su vez -. Ahí me tenéis, extendiendo La Palabra por el mundo.
-         Ya… - no estaba muy entusiasmado con mi respuesta –. Creo que deberías leer el Corán, e informarte mejor.
-         Ya me he leído el Corán -. Este comentario hizo una finta messinesca y evitó entrar en su oído.
-         Yo he leído el Corán, la Biblia y el libro judío - ¿el libro sin nombre? -, lo sé todo sobre ellos – (¡!) -, y, de verdad, deberías informarte mejor.
-         Bueno, me leeré el Corán otra vez.
-         ¿Sabes cuál es el problema? Que si sigues pensando así… bueno, que vas a ir al infierno -. Me quedé unos segundos tan patidifuso que no dije ni mu. No me preocupa mucho el infierno, pero que alguien que cree en él te diga con toda seriedad que es allí donde vas a ir, en fin, no deja de impresionar.
-         ¿Voy a ir al infierno por creer en Jesús?
-         -. Se le notaba preocupado, no me lo decía por molestar o por odio religioso, estaba convencido de ello y me advertía amablemente. Bien es cierto que de modo totalmente partidista, pero sin malas intenciones.
-         Bueno, Abdulhakim, supongo que es posible lo que dices; sin embargo, yo creo que si soy buena persona, no miento, hago medianamente el bien… dudo que Dios me castigue con el fuego eterno por no ser musulmán – Abdulhakim meditó durante unos instantes.
-         No. Seguro, mi Corán dice que vas a ir al infierno -. Preocupado por el futuro de mi alma inmortal, decidí cortar la conversación.
-         Bueno, Abdulhakim, si estando en el paraíso te entran dudas sobre los posesivos o el acusativo, no dudes en mirar hacia abajo, estaré encantado de explicártelo todo -. Nos reímos juntos y me fui a echar un cigarrillo.

En la entrada me encontré con Ezmar y con Nidhal, otros dos alumnos, también muy religiosos.

-         Hallo Lorenzo, ¿qué tal?
-         Mal
-         ¿Y eso?
-         Abdulhakim me acaba de contar que voy a ir al infierno por ser cristiano.
-         ¿Ah, sí? bueno, ¡allí nos vemos!




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