viernes, 6 de julio de 2012

Debate inesperado

Mis clases tienen un descanso de quince minutos. Dedico ese tiempo a evadirme un rato del mundo, en un rincón de la universidad que comparto con una familia de gatos, o me acerco a los alumnos y charlo un rato con ellos. A esto último me dedicaba hace un par de semanas, cuando tuve una conversación que me dejó bastante sorprendido.

Aladin es un chico de veinticinco años, muy simpático e inteligente. Luce una barba bastante poblada y sin bigote, y está empeñado en jugar conmigo al ajedrez, cosa que aún no hemos hecho. Me suele preguntar mil cosas, ya sobre las clases, ya sobre Europa, ya sobre lo que opino de Libia. El día en cuestión, nuestro tema era la navidad, y Aladin me planteó una pregunta que derivó en la cuestión religiosa:


-         ¿Qué se celebra exactamente en Navidad?
-         Bueno, es una fiesta muy familiar, pero en principio se celebra el nacimiento del hijo de Dios.
-         ¿El hijo de Dios?
-         Sí, Jesús. Creo que en árabe se llama Isa, y es un profeta.
-         Ah, sí, Isa. ¿Pero por qué le llamas hijo de Dios? ¿Cómo puede tener Dios un hijo hombre?
-         Bueno… - Ya me veía en el aprieto. Ponte a explicar la Santísima Trinidad en inglés a un libio, si te atreves – Verás, Dios decidió tener un hijo humano, para vencer a la muerte y dar a los hombres la vida eterna. Mandó al Espíritu Santo a la casa de la madre de Dios, y ella quedó embarazada; después nació Jesús, que es por tanto el hijo de Dios, bueno, aunque de hecho… - Yo continuaba con mi homilía, intentando sacar partido a los años de catequesis -… de hecho Jesús y Dios son la misma persona, bueno, son Dios. Es más, el Espíritu Santo también es Dios, se les llama la Santísima Trinidad.
-         ¿O sea que son la misma persona?
-         No exactamente, son la misma persona, y a la vez son tres personas diferentes.
-         ¿Y eso cómo es posible?
-         Ahí está el truco, se supone que el ser humano no es capaz de comprender ciertas cosas, así que nadie sabe cómo es posible – aquí la sonrisa de Aladin se acentuó, llevaba todo el rato sonriendo con cara de “la conversación va por donde yo quiero”, y al parecer vio llegado su momento.
-         Así que Dios es uno y tres a la vez, ¿no? ¿Pues sabes lo que yo creo? Creo que eso demuestra que tu religión está equivocada. – Quizá podría haber contestado que, visto así, cualquier religión está equivocada, pero me cortó sin darme tiempo a reponer nada:

-         Y ahora discúlpame, pero la pausa se acaba y todavía tengo que ir a rezar.


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