viernes, 4 de enero de 2013

Ya quisiera uno


Me consta que todos vosotros y todas vosotras sabéis lo que es aprender un idioma, al menos por la escuela o el instituto; lo que muchos quizá no habéis vivido es el proceso de hacerlo en su ambiente, en el país donde es lengua mayoritaria, y para más inri sin tener conocimientos previos. Esta magistral escena de la película Guerrero número 13 describe el proceso de aprendizaje a la perfección, aunque exagerando la eficacia del sistema:




La música disonante del idioma que no entiendes, la sorpresa de las primeras palabras inconexas que, casi sin darte cuenta, alcanzas a comprender; la maravilla de la primera frase con sentido que consigues cazar, el primer día que adivinas el tema de una conversación y, por supuesto, el momento esplendoroso en que te decides a hablar como una persona mayor. La escena es real como la vida misma.

Es verdad que no se puede aprender noruego en unos meses de viaje, pero casi; si no hablas ni una palabra de otros idiomas, si te metes a fondo en el ajo, en poco tiempo estarás chapurreando como un campeón.

En Libia no lo estoy viviendo así, por diversos motivos no me niego a hablar cualquier idioma que no sea el árabe, pero en Alemania mi primera frase era I don’t speak English, y me fue muy bien; espero que pronto pueda empezar a hacer lo mismo aquí, y ya sabéis, si os da la ventolera de mudaros a Malasia y queréis aprender, hablad malayo y sólo malayo.



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