martes, 22 de mayo de 2012

Hamza se va de viaje

Hamza ha estado un par de semanas fuera del país. Tiene un hermano viviendo en Grecia, así que se ha ido a visitarle. Para mí, como podéis imaginar, ha sido un fastidio, pero, como también podéis imaginar, ha vuelto cargado de ocurrencias.

Creo que podemos considerar este viaje como la primera experiencia europea de Hamza. Cierto que había estado antes en Malta (media hora de avión desde Trípoli), pero allí viven tantos libios, y el idioma maltés se parece tanto al árabe, que aquí hablan de Malta más o menos como hablan de Túnez o Egipto. Así que sí, digamos que Hamza no había pisado nunca antes suelo europeo.

Ha vuelto fascinado, y también fastidiado. Pasemos primero por la fascinación, por algunas de las cosas que nos fue contando a Markus y a mí el día que volvió y se pasó por casa:


Lo de hablar con las mujeres así, porque sí, es lo que más le ha gustado, no creo que esto sea una sorpresa. No es que aquí no se haga, pero claro, la distancia que hay que mostrar es mayor, y siempre corres el riesgo de que un padre o un hermano te pregunte que qué quieres. Allí obviamente no, así que se ha pasado dos semanas hablando con toda camarera, farmacéutica, cajera, vendedora o funcionaria de aduanas que se le ha puesto enfrente.

Alcohol legal: temazo. Por lo visto, los primeros días bebía zumos, pero la tentación era demasiado grande, así que terminó por adaptarse y tomarse un par de cervecitas diarias. Entendamos bien el concepto un par de cervecitas: para los españoles, un par de cervecitas significa irse de cañas un día cualquiera, y volver después a casa como si nada; para un hombre de treinta años que habrá bebido, digamos, cincuenta cervezas en toda su vida, un par de cervecitas puede significar una cogorza considerable. Recuerdo un día que nos pedimos una cerveza sin alcohol en un bar (a mí me gusta más bien poco, pero Hamza se empeñó), y mi amigo sacó una botella de agua llena de alcohol de botiquín, o así me olió a mí; me ofreció aliñar la cerveza con eso, decliné amablemente la oferta, él sí que lo hizo. Al rato, recordándome enormemente a mis primeros botellones allá por el noventa y siete, me dijo: I begin to feel the effects.

Religión: requetetemazo. Lo primero que me dijo fue: los griegos están locos con la religión. Me costó horrores no soltar la carcajada, lo conseguí y le pregunté que por qué decía eso: cada dos pasos te encuentras una iglesia, me dice. Rodeando mi casa hay tres mezquitas, la gente aquí practica cinco rezos diarios, uno de los cuales tiene lugar a eso de las cinco de la mañana, es probable que en julio tengamos un gobierno islámico… pero los griegos están locos con la religión. En fin, nos dio un par de motivos más que no vienen al caso, y no quisimos contradecirle.

Lo gracioso era que, pese a haber estado en Europa, no se había quitado sus ideas preconcebidas sobre el continente, a ver si me explico: ha visto muchas cosas que no cuadran con lo que su idea de Europa, y se empeña en decir que son propias de Grecia, un ejemplo: “a los griegos les encantan los perros, tienen cientos de perros y los llevan de paseo al parque”, a lo que Markus y yo respondemos a coro “ya, como en Alemania/España”; “no, no, más que en Alemania o España”. Hamza no ha visto jamás Alemania ni España, pero está convencido de que sabe cómo son ambos países, y su visita europea no le saca de esa idea.

Otro ejemplo: Hamza ha visto que en Grecia hay hospitales, escuelas, tiendas y todo lo demás, y ha comprobado que funcionan tan bien como en Libia (dice que no mucho mejor, y la verdad, tal y como están las cosas, casi me lo creo), pero sigue convencido de que los europeos son de salud enfermiza y lazy (usa mucho esta palabra, creo que no está muy seguro de su significado), debido al hecho de que comemos cerdo. Un día le pregunté si yo le parezco enfermizo, y se salió por la tangente con poca elegancia, así que supongo que sí, y no quería ofenderme, o que no, y no sabía como justificarlo.

En otra ocasión fue algo más claro, un día en que, respondiendo a una pregunta que me hizo, le dije que no, que, en caso de encontrar a mi hija con su novio haciendo guarreridas en el dormitorio, seguramente no los mataría a los dos. Él me dijo: “no te enfades, pero eso es porque comes cerdo, y el cerdo te hace lazy”. Yo repuse “mucho mejor sin cerdo entonces, no comas cerdo y mata a toda tu familia en un par de meses”. Le hizo mucha gracia, y lo de matar a la familia se ha convertido en un chiste común que tenemos. ¿Será para inquietarse? Espero que no pase a mayores. Por mi parte, queridos familiares, os aseguro que bromeo, es más, si de hecho tengo una hija de la que no sé nada, le doy permiso para hacer guarreridas, pero con protección, plis, que he abandonado la veintena pero me siento demasiado joven para ser abuelo.

Me desvío del tema, perdón. ¿Por qué ha vuelto Hamza fastidiado? Pues hombre, por lo mismo que ha vuelto fascinado: “Lorenzo, en Europa todo es fácil. Puedes alquilar un piso, puedes tener una novia y hacer cosas con ella sin casarte, puedes ir por la calle sin que la gente te vigile…”. Está en una pequeña crisis, no quiere trabajar, no quiere ver a los amigos, no piensa más que en volver a Grecia y hacer un largo viaje por el resto del mini-continente. Le entiendo bien, la verdad, por lo poco que he podido aprender de Libia. Aquí tienen de todo, pero a la vez falta de todo. Ahora tienen hasta libertad, pero ¿qué libertad? ¿Eres libre si puedes votar, pero no puedes darle un beso a tu mujer en mitad de la calle? ¿Eres libre si, mujer, puedes convertirte en médico, pero serás tú la que friegue los platos en caso de comer con tus cinco hermanos hombres sin estudios ni trabajo? Preguntas complicadas de difícil respuesta, y Hamza, que es un tipo conservador y lleno de prejuicios, pero con un resquicio del alma abierto a las cosas nuevas, se ha visto de repente en mitad de ellas.

En fin, espero poder ahora corresponderle a toda la ayuda que me ha ofrecido y me ofrece. No os sorprendáis si un chaval calvo, gordo y moreno aparece en la puerta de vuestra casa y os dice que un amigo común le ha dado vuestra dirección…

4 comentarios:

  1. Ehhh...
    No sé si fué buena idea enseñarte mi piso de Madrid.

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  2. Jaja, tranquilo, no me acuerdo de la direccion, sin embargo creo que por ahi tengo la de Miguel Angel, veremos...

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  3. Kulturschock! Me encanta esta palabra, lo engloba todo!
    Katxiri

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    1. Genau, a mi tambien me gusta Verfremdungseffekt, que es mas intelectualoide, pero a la vez muy cool y muy larga.

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