Esta es la primera crónica que escribo cien
por cien de oídas, me he enterado por los periódicos y por Rudolf, que estaba
allí. Os aseguro que lamento vivamente no haberlo presenciado, porque tuvo que
ser de bandera.
Me queda, cómo no, el consuelo de poder
reproduciros la historia. Os pongo en situación:
Nos hallamos en un ciclo de conferencias
llamado One Voice, organizado principalmente por The Voice of Libyan Women, una
ONG que trabaja por los derechos de la mujer libia; este año, los temas más
tratados han sido la seguridad nacional y la futura constitución, y el evento ha
resultado, en líneas generales, todo un éxito.
Los hechos tuvieron lugar durante la
ceremonia de clausura, en la que estaba planificado lo siguiente:
-
Conclusiones
a cargo de diversos ponentes.
-
Entrega
de premios a diversas activistas (mujeres todas).
-
La
intervención estelar de Mohamed Magarief, algo así como nuestro Presidente de
la República.
Sin embargo, esto fue lo que pasó:
-
Espectáculo
teatral de humor absurdo.
A ver, no es cierto del todo; no es mi
intención desmerecer el acto y todo el ciclo de conferencias, que ha ido muy
bien por lo que oigo (sin invitación no se podía asistir, y a mí nadie me
invitó), y que se ha desarrollado con total seriedad.
Lo que no puede negarse es que la ceremonia
de clausura fue de lo más rocambolesca, procedo a narrárosla basándome en estacrónica periodística, ahí va:
Poco antes del comienzo del acto, el
Presidente del Consejo General Nacional, Mohamed Magarief, aparece
sorpresivamente, ya que su visita se esperaba el día anterior y no hoy; sea
como fuere, los organizadores se alegran mucho, y el carismático líder sube a
la tarima, dispuesto a pronunciar su discurso.
En ese momento, un hombre cercano a los
cuarenta, y que al parecer había venido acompañando al mismo Magarief, comienza
a gritar desde el fondo de la sala; al principio no queda claro qué es lo que
quiere, pero tras unos instantes de confusión se explica con más claridad…
¡Clama ser el auténtico asesino de Gadafi!
Se monta un buen pollo, máxime al ver que el
gritón está armado. Varios de los guardaespaldas de Magarief, ayudados por
diversos espontáneos, tratan de reducirle, pero no se deja acallar de ninguna
manera, es más: aprovechando un momento de debilidad por parte de sus
frustrados captores, el alterado señor grita que está harto de ver cómo nada ha
cambiado en el país pese a su ilustre asesinato, le dice al presidente que es
un segundo Gadafi, y que le matará igual que mató al primero.
Magarief, lejos de amilanarse, invita al
hombre (y a su pistola) a subir al estrado, conversar con él, y explicarle sus
problemas; dicho y hecho, hombre y pistola se acercan al presidente, y los tres
se apartan un poco para conversar en voz baja.
No sabemos qué se dijeron, pero regresaron
al micrófono abrazados, y al llegar se dieron dos besos en las mejillas. El
señor que tan enfadado estaba comienza a hacer pucheros, y el público, ante una
situación tan emotiva, comienza a cantar de manera espontánea el himno
nacional.
Ya todos presa de una catarsis colectiva que
ríase usted de las campanadas en la Puerta del Sol, algunas madres de muertos
por Gadafi suben a la tarima para abrazar y dar las gracias al hombre que acabó
con él, y cuando estas muestras de cariño acaban, el público escucha
atentamente cómo el nuevo héroe nacional lamenta que las cosas sigan fatal en
Libia, y que nadie le haya dado las gracias por matar al tirano.
En pleno ataque de verborrea, el nuevo héroe
nacional narra cómo ha vivido discretamente en un hotel de lujo, confiando su
secreto a unos pocos elegidos que le tratan como se merece, señala a uno de los
presentes como el verdugo de un hijo de Gadafi, y termina su alocución
comentando que está deseando casarse.
Tras todo esto, Magarief, que por cierto
pasa olímpicamente de llevar a cabo su propia intervención, sienta a su mesa al
hijo pródigo, el cual se entretiene durante el resto de la velada mostrando a
cualquier interesado su pistola, la misma con la que mató al dictador.
Telón.
¿De dónde ha salido semejante apoteosis de
comedia de enredo? Hay diversas teorías:
-
La
ONG que organiza el acto: todo es un montaje orquestado por Magarief para no
dirigirse a las mujeres.
-
Rudolf:
el tipo iba drogado.
-
Yo: anything is posible in Libya .
Como sea, no me negaréis que es la monda.
Y ya para despedirme (toma coletilla de
telediario), un apunte más serio: el 13 de febrero es el Día Internacional del
Hiyab (el velo) Morado, símbolo en el mundo árabe del rechazo a la violencia
contra las mujeres, así que ya sabéis: ese día, a la calle con la cabeza
cubierta de morado.
o_O
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