Escribo
a toro pasado sobre las elecciones, y pido perdón de antemano por los errores
que pueda cometer, pero es muy complicado, y el árabe no me deja tiempo de
estudiar otras cosas (por no hablar de que mi perro se ha comido mi edición de
la Guía Electoral). Comenzaré por el principio.
Cuando
llegué, no estaba muy claro cuándo serían las elecciones, ni siquiera era
seguro que las hubiera; en algún momento de mayo se anunció su convocatoria
para el día 19 de junio, lo que nos puso a todos muy contentos. Se tuvo además
una idea muy buena: la campaña electoral no comenzaría hasta dos semanas antes
del día de las votaciones, para evitar así que los partidos con más dinero se
impusieran en la guerra publicitaria. Esto reducía el tiempo de reflexión
considerablemente, pero evitaba que los partidos pequeños se vieran sin hueco
para sus carteles.
Sin
embargo, al poco tiempo las elecciones se pospusieron, por dos motivos: el
primero y más libio, que no daba tiempo a imprimir todas las papeletas. El
segundo y más guay, se habían presentado tantos partidos y tantos particulares,
que resultaba imposible organizarlo todo a tiempo, e igualmente imposible era
para los electores enterarse de qué ofrecía cada partido.
Los
libios han votado a dos listas: una de particulares, a la que se presentaban
cerca de dos mil hombres y mujeres, y otra de partidos, a la que se presentaban
ciento treinta. Los más importantes son:
1.
El de Djibril, quien fue presidente del Consejo Nacional de Transición durante
la guerra, y que dimitió tras la muerte de Gadafi. Partido Liberal.
2.
Los Hermanos Musulmanes, que no son tan poderosos como en Egipto, pero tienen
mucho tirón. Corte islamista.
3.
El Partido Nacionalista, financiado por Catar (¿). Corte islamista y de poco
interés para los libios.
4.
Alguno más que me dejo en el tintero.
El
gobierno provisional sacó una ley electoral hace meses, en la cual se prohibían
partidos gadafistas, regionalistas y religiosos. Fue una buena idea, pero
algunas personas protestaron por lo de los partidos religiosos, y al final se
dio marcha atrás en ese particular.
En
cuanto a las candidaturas particulares, se podía presentar cualquiera. A mí me
encantó: iba paseando por el barrio y veía cada poco rato a un vecino (a alguno
hasta lo conocía, si bien solo de vista) haciéndose publicidad a pie de
campo, en plan “recuerda que me debes dinero-siempre hemos sido amigos-si me
votas te invito a algo”. Aunque principalmente se presentaba gente de dinero,
hablo también de tenderos, dueños de bares, incluso albañiles o fontaneros,
gente que vemos más bien poco en la política española (ahora parece que la
cospe le ha puesto solución a esa carencia). Os pongo ejemplos personalizados
para que me entendáis bien: es como si os cruzarais con la camarera del Garazi,
con Rafa el de la Bodeguilla, con el kiosquero de la Alamedilla o con el
mismísimo Fuchi, y muy contentos os pasaran una tarjetita con su nombre,
diciendo que se presentan a parlamentario y además por libre.
En
fin, el caso es que la Asamblea Constituyente se compondrá de doscientos
asientos, ochenta para partidos políticos, ciento veinte para particulares,
siendo cada sistema electoral un mundo aparte, tanto por el número de partidos
y/o particulares a los que se puede votar en él, como en cuanto al número de votos
que necesita cada uno para sacar tajada.
Se
ideó un sistema así de complejo (yo, por mi parte, sigo sin comprenderlo bien)
porque Libia es un país donde ninguna región se parece a la siguiente ni en
población, ni en infraestructuras, ni en comunicaciones, y se pensaba que la
creación de “colegios electorales a la carta” proporcionarían un Parlamento
donde todos estuvieran representados por igual. Me abstengo de opinar.
Las
elecciones se fijaron definitivamente en el día 7 de julio. A mí, la verdad, me
parece que mejor fecha no pudieron elegir: ¡viva San Fermín!
Muy bien eso de que personas con impulso piensen que pueden aportar algo al gobierno de su país. No deja de ser una incógnita que pasará finalmente, pero me acuerdo de los grafitti pompeyanos en los que los candidatos prometían rondas de vino si se les votaba. A veces la disciplina de voto ahoga las iniciativas particulares de quien lo ve de manera diferente. Ya ves, Lorenzo, que va triunfando el espíritu emprendedor. Gracias por tu crónica, tan interesante y liviana a la vez.
ResponderEliminarBuaaaaa, la camarera del Garazi!!!!pues debería presentarse sin dudarlo!!!
ResponderEliminarLaParda Lorenza
La verdad, por ahora parece que los independientes han decidido independientemente subirse al carro de chupar del bote, manejar el poder desde arriba y poco más, así de activos se les ve.
ResponderEliminarEn cuanto a la camarera del Garazi, creo que sería un revulsivo deluxe para impulsar la emancipación de la mujer libia, igual me hacéis el favor y os pasais por el bar a comentárselo!
mmm... duda... se podían presentar mujeres ?¿¿?
ResponderEliminar"una de particulares, a la que se presentaban cerca de dos mil hombres y mujeres"
Sí sí, se podían presentar mujeres, y hasta se han llevado votos, aunque no muchos.
ResponderEliminarBien es cierto que algunos indeseables se entretuvieron tapando sus caras en los carteles electorales, por no hablar de algún episodio funesto entre los mismos políticos, algo largo de contar aquí, pero sobre lo que ya volveré. En cualquier caso, la idea es que la mujer se incorpore a la vida pública, veremos cómo se lleva a la práctica (la nueva Constitución de Túnez pensaba designar a la mujer como 'complementaria al hombre', aunqeu el gobierno acabó reculando; espero que aquí lo planteen de otra forma desde un principio)
Pues la verdad es que me parece todo complicadísimo... ¿Hay alguna posibilidad real para los independientes? ¿Qué probabilidades hay de que sean unas elecciones limpias?
ResponderEliminarDa la sensación de ser todo muy caótico ¿no?
Besote!!!
Hola Ikram! Pues los independientes son, en realidad, la primera fuerza política del país, ya que ocupan 120 de los 200 asientos del congreso. Si sigues leyendo en orden cronológico ya lo verás (por ejemplo en Manejando los votos), pero influyen y mucho en la política que se hace y la que se deja de hacer.
EliminarY sí, suena caótico. Ya sigo sin entender bien el sistema, pero a alguien le debió parecer la mejor idea en su momento...