Siempre he pensado,
y de hecho creo que con razón, que en los países árabes se bebe más té que
café; en Libia, debido sobre todo a la ocupación italiana, esa tendencia se
invierte, y se toma mucho más café que té, lo cual a mí me viene de perlas,
porque el café me gusta mucho más.
Ya os he contado
que a los libios les encanta llevar cosas en la mano cuando caminan por la
calle; pues bien, en dura pugna con el móvil y las llaves del coche, lo que más
alegremente llevan es un vaso de cartón lleno de café. Todos los bares utilizan
las mismas tres marcas de vasos, de las cuales la más común es esta:
¿Cómo toman el café
los libios? Principalmente con leche, el café solo no tiene mucho tirón. La
leche, además, ha de ser espumosa. Hamza me preguntó un día que qué técnica
usamos en España para conseguir que la leche tenga espuma, y se sorprendió
mucho cuando le dije que no hacemos tal cosa; Semanas después, volvió de Europa
echando pestes del café griego, porque no lo sirven con espuma, y porque les
encanta tomar café frapé en vasos de medio litro (yo tampoco entiendo qué le
ven a ese café, la verdad).
Si entre vosotros
hay alguna de esas personas desalmadas que no se conforman con pedir un simple
café con leche, sino que amargan al camarero con alguna especificación personal;
y si esa especificación es la de que-la-leche-no-haga-espuma-por-favor, le digo
desde ya mismo que, en Libia, su opción es el té. Todas las variedades de café
con leche que hay por aquí son espumosas. Estas son las más comunes:
Cappuccino: como el tópico italiano, café, leche,
espuma de leche y algo de cacao en polvo por encima (cuando no tienen,
espolvorean nescafé). Es lo que yo más tomo, aunque para mis estándares es más
bien una leche manchada, le echan nueve partes de leche por cada parte de café.
De hecho, un día Markus se quejó al camarero: ha echado un poco de café en
mi vaso de leche caliente.
Macchiata: por qué han conservado el masculino del
cappuccino pero han cambiado el género del macchiato a macchiata, es algo que
me resulta misterioso, pero es así. Se parece al cortado español, pero suelen
servir una cantidad ridícula que, sin embargo, a los libios les dura horas.
¿Habéis jugado alguna vez a ver quién va más lento con la bici sin caerse? Yo
creo que juegan a algo parecido, a ver a quién le dura más la gotita de macchiata
sin desesperarse de ver el mismo vaso toda la mañana.
Crema: lo que toma Hamza. Café y espuma de leche.
Es, seguramente, el café más rico.
Nus-nus: literalmente, mitad y mitad. Os podéis
hacer una idea, la mitad es café, la mitad es leche. El nombre me encanta, y,
no lo dudéis, si algún día tengo un bar, habrá nus-nus en la carta.
Espresso: como ya he dicho, no lo toma nadie, pero
el pobre también existe.
Esos son los cafés
que más se toman, pero no los más tradicionales; el café de toda la vida es lo
que todos llaman café árabe, y la verdad es que no me gusta mucho. Es
café normal molido con especias, la predominante el cardamomo, y el resultado
es muy, muy dulzón. Además, se prepara en plan café de puchero, y la última
parte de la cocción se realiza añadiendo el azúcar, con lo que no puedes
elegir, te empalagarás sí o sí. Para colmo de males, no hay manera humana de
evitarlo: hace poco descubrimos Markus y yo un bar donde venden café molido; le
compramos un paquete, llegamos a casa, hicimos café, y bingo: café árabe. En el
bar nos habían servido un cappuccino de lo más europeo, pero luego nos vendió
café árabe. ¿Por qué? Sigo preguntándomelo.
Pero bueno, de todo
se aprende, y ya tengo localizado un camello que me pasa café del que me gusta.
Sí que hacemos espuma, con el pitorrillo ese que hay en las cafeteras de los bares. En tu pueblo no hacen la leche espumosa???
ResponderEliminarPues qué gracia me hace que en un país donde probablemente la gente no ande muy estresada, si vayan tomando cafe por la calle de take away!