martes, 17 de julio de 2012

To do in Espain


No me entendáis mal: aquí se está muy a gusto y, pese a que me voy acostumbrando, cada día me reserva todavía alguna sorpresa, alguna historieta, algún futuro recuerdo; sin embargo, la intensidad de las cosas va pesando, los días largos, el no querer parar, el apuntarse a un bombardeo. Tened en cuenta los siguientes factores:

  1. País nuevo (y no uno cualquiera)

  1. Trabajo nuevo (con Maria Valquiria de jefa)

  1. Idioma nuevo (sin comentarios)

Es por estas y otras cosas que sí, estoy muy a gusto, pero tengo muchas ganas de vacaciones. Y tengo una laaaaarga lista de cosas que pienso hacer en la madre patria:


-         Ver a la familia y los amigos (en primer lugar, Jaime, pa que veas)

-         Tomarme una caña, y seguramente llorar al ver que viene con tapa incluida.

-         Pedirme la cuarta caña, y no comerme la tapa porque ya no tengo hambre (en plan nuevo rico, las penurias libias olvidadas).

-         Ir por la calle a las cuatro de la mañana, en la certeza que no va a pasar nada. Igual hasta duermo en un parque.

-         Hablar español, solo español, sin pausa, sin tener que pensar, incluso pienso cometer errores, y a ver quién es el guapo que me corrige.

-         Dormir sin oír disparos ni derrapes de coches. Igual no cojo el sueño, tanto silencio…

-         Comer queso en condiciones.

-         Decir diez frases seguidas sin mencionar a Dios.

-         Entrar en un bar, pedirme un café y ¡sentarme a una mesa!

-         Tirar la basura en un contenedor; huelen mal y dan asquete, pero están limpios como quirófanos en comparación con el solar lleno de basura que hay en mi callejón.

-         Saber en qué día de la semana vivo, sin tener que pensarlo un rato primero (hoy es lunes; bueno, no, es sábado, ayer fue domingo, digo viernes, así que la semana que viene, ay no, esta semana…)

-         Componer una oda a la lavadora automática, ese artefacto benefactor de la humanidad.

-         ¡Ir andando siempre que pueda!

-         Ir por la vida sin que nadie me pregunte si soy del Barcelona o del Madrid (hace poco probé a decir que soy del Bilbao, y me miraron bastante raro).

-         ¿He dicho lo de hablar todo el rato en castellano?

-         Beber agua del grifo; ningún médico me va a felicitar por ingerir esa mezcla de cloro y cal tan sana que bebemos en mi pueblo, pero me da igual.

-         Irme de botellón. Hace milenios que no lo hago, pero este verano va a caer uno, fíjate. Y me voy a hacer fotos para enseñarlas por aquí. ¿Cómo se dirá botellón en árabe?

Y muchas otras cosas, y, en realidad, casi ninguna. Todo lo que hay en la lista son cosas que he pensado en algún momento, pero pocas de ellas las echo realmente de menos; es curioso lo prescindible que es el noventa por ciento de lo que hacemos en la vida, lo pocas y escogidas que son las cosas y las personas que extrañamos cuando lo cambiamos todo. ¿Alcohol? ¿Orden? ¿Tranquilidad? Bien que me apetece una caña fresquita y hablar mi lengua materna, pero, básicamente, lo que voy a disfrutar es que me contéis vuestras Crónicas Hispanas. E italianas. Y mexicanas… ¡vacaciones! ¡Ole, ole y ole!


No hay comentarios:

Publicar un comentario