Queridos
acompañantes, he de confesaros que, durante las últimas dos semanas, una
conjunción de circunstancias atenúan mis ganas de escribir: me refiero sobre
todo a las ganas locas de vacaciones que tengo, y a esa deliciosa oscilación de
temperaturas entre 25 y 44 grados que nos gastamos por aquí, dos detalles que,
cómo decirlo, alteran mi equilibrio emocional.
Las Crónicas
Libianas volverán en algún momento anterior a la feria de Albacete, más o menos
cuando el final del verano, del Dúo Dinámico, comience a sonar en Cadena
Dial; y no temáis, vendrán cargaditas: cómo sobrevivir a una temperatura media
de cuarenta grados, qué se siente ayunando en el ramadán, cómo organizaron los
libios sus primeras elecciones libres en más de medio siglo… y muchas cosas
más, cosas de las que aún no tengo ni idea, la maravilla de vivir en medio de
lo desconocido, aunque cada día lo sea un poco menos.
Así pues, me
despido por ahora. A muchos os veré pronto, de lo cual me alegro. A muchos no
podré veros, a vosotros os mando un fuerte abrazo cibernético. A algunos,
parece, no os conozco, vayan mis saludos también. Gracias a todos por estar
conmigo en este viaje, por vuestros comentarios, vuestras felicitaciones, por
vuestra silenciosa compañía también. Así da gusto.
Dejo una canción
muy animada y veraniega como pequeño regalo, una canción de un buen amigo mío
al que también le gusta contar historias.
Os deseo el mejor
de los veranos, nos leemos a la vuelta.
Hasta tu vuelta Lorenzo Pardo!!!
ResponderEliminar