miércoles, 28 de agosto de 2013

Liberando al personal



Tengo otras cosas en la recámara, pero como parece que Estados Unidos, Reino Unido y Francia (entre otros) se muestran decididos a atacar Siria en breve, me parece apropiado sacar un tema del que, aunque pase el tiempo, se sigue hablando bastante en Libia: el ataque “aliado” que, en último término, propició la caída Muammar El-Gadafi.


Como podéis imaginaros, no es mi intención analizar el cómo ni el porqué, ni juzgar la intervención, ni mucho menos comparar el caso libio con el sirio. Por un lado, seguramente lo haría de pena, y por otro, no soy quién para ponerme a ello.

Los libios, que lo han vivido en sus carnes, se han ganado el derecho a opinar tanto como les dé la gana, y lo hacen a diario, lo de opinar. Esta es una de las pocas ganancias claras que el cambio de régimen ha traído al país, que de repente uno puede decir lo que le apetezca y a quien le apetezca. Hasta sobre los extremistas se opina bastante, aunque poco a poco van dando algo de miedo.

Volviendo a la intervención extranjera en Libia, obviamente, los que estaban a gusto con Gadafi guardan mal recuerdo de los bombardeos y de las naciones que los apoyaron. Sin embargo, las opiniones más llamativas son las de los rebeldes, por llamarles así.

Un día charlaba con un hombre de Bengasi, la ciudad del este de Libia donde nació la revolución. Su opinión era que los bombardeos habían sido totalmente innecesarios, que Gadafi estaba prácticamente derrotado, y que los libios se habrían bastado ellos solos para acabar con él.

-         Pero Mohamed, los rebeldes estaban prácticamente acorralados en la región de Bengasi cuando comenzaron los bombardeos.
-         ¡Mentira! ¡Eso dice la televisión europea! ¡Estábamos a las puertas de Trípoli!

En general, la gente vio con buenos ojos el ataque extranjero. A nadie le gusta que le tiren bombas, pero todos eran conscientes de que combatir a Gadafi, dueño del mejor armamento y de la aviación, era a largo plazo algo así como tirarle piedras a los tanques. 

Sin embargo, este sentimiento, como tantos sentimientos libios, es bicéfalo y contradictorio. La otra cabeza de la que hablo es la de la suspicacia, y por esta doble vara de medir se ve perjudicada principalmente Francia, no sé por qué. El diálogo que pongo como ejemplo lo viví hace ya mucho, así que las palabras no serán exactas, pero el espíritu lo mantengo tal cual me fue transmitido:

-         ¿Así que España no envió aviones a Libia? Me parece muy mal. Sarkozy (casi nunca dicen “Francia”, suelen decir “Sarkozy”) envió aviones, y en parte somos libres gracias a él.
-         Otros países también enviaron aviones, como Estados Unidos, por ejemplo.
-         Sí, ya, y la OTAN. Pero fue Sarkozy el que lo empezó todo. ¡Aunque es un cabrón! ¡No quería la libertad de Libia! ¡Quería el petróleo! Pero gracias a Dios, gracias a Dios, ahora somos libres ("gracias a Dios" se dice a menudo más de una vez).

El tiempo, que todo lo cura, ha curado en gran parte la gratitud que embargaba a muchos libios cuando llegué, hace ya año y medio (¿¿¿sólo año y medio???). En aquel tiempo, muchas pintadas daban las gracias a los países que atacaron el país (recuerdo una muy graciosa: thank you filipino), y la gente en general lo comentaba con, por así decirlo, agrado.

Sin embargo, lo que hoy permanece, o lo que hoy aflora, es más bien el trauma, y también el orgullo nacional herido. Escuchar explosiones a tu alrededor no es, estoy seguro, una experiencia agradable, y además el libio medio sigue sin gozar de las ventajas que, supuestamente, traería la libertad: no ha llegado la prosperidad, no hay seguridad en las calles, nadie sabe con certeza quién dirige el país… por otro lado, cuando entran en la conversación terceras naciones, aparece de nuevo la doble vara de medir.

Me explico con un ejemplo: Mali. Como sabéis, Francia atacó Mali para liberar al país de unos rebeldes que habían sumido a buena parte del territorio en un infierno regido por la ley islámica mal entendida, o por lo menos aplicada de manera bien arcaica. Dichos rebeldes habían sido en principio árabes y bereberes, pero estos últimos, al parecer, se bajaron (o se cayeron) del carro. Así, para muchos libios, el ataque francés era un ataque contra hermanos árabes. Ejemplo:

-         ¿Qué piensas del atentado contra la embajada francesa?
-         Pues hombre, me parece muy mal… sin embargo, ¿qué esperaban? No pueden matar árabes en Mali, y esperar que nadie les haga nada.
-         Hombre, pero que les pongan la bomba precisamente aquí, después de que os ayudaran a libraros de Gadafi…
-         ¡Sí, sí, bueno! ¡No tiene nada que ver! ¡Además, nos ayudaron porque quieren quedarse con nuestro petróleo!

Los comentarios sobre Siria van en una dirección similar, con la diferencia de que allí no hay petróleo que robar: la gente ve repugnante que nadie haga nada por ayudar a los sirios, pero a la vez no quieren que el país sea atacado por fuerzas extranjeras. Es un poco como cuando un amigo/a te pide tu opinión sobre su novia/o; da igual lo que contestes, tienes un 105% de posibilidades de meter la pata, y todos los conocidos que hoy me dicen sentir vergüenza ante la pasividad de la comunidad internacional, me dirán dentro de poco sentir vergüenza ante la injerencia extranjera en Siria. Suspiro.

Veremos lo que sucede. A mí me da mucha pena Siria, como me da mucha pena el mundo en general, el mundo hermoso y terrible en el que vivimos. Como diríamos por aquí, in sha’allah khair.


5 comentarios:

  1. Lo cierto es que no pinta bien en cualquier caso y, hoy por hoy es cierto que no hay una opción buena. Igual tengo algo de libia en mi exoesqueleto...

    Un beso!

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    1. Aunque también es cierto que el cangrejo europeo lleva años bombardeado por el americano, ¿no? ¿O no eres cangrejo de río? ;)

      Un beso para ti también!

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  2. ¿De río yo? No me ofendas, por favor!

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  3. Pues (salvando las distancias) parece bastante Europa. Si Obama no hace nada, ¡vergüenza, Europa y los US indiferentes ante el sufrimiento humano en Siria! Si Obama ataca, ¡vergüenza, hacen la guerra a Siria y violan su soberanía!

    Es muy difícil opinar, aunque creo que si yo mandara en un país muy poderoso (que es de los que se espera que hagan algo) mi política sería no meterme en nada que se salga cinco metros de mis fronteras. Aislacionismo a tope (a los japos les fue muy bien hasta que decidieron liarse a conquistar cosas).

    Lo que me llama la atención es lo de "filipino", ¿Filipinas participó en el ataque a Libia?

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    1. Ya, la verdad es que nunca llueve a gusto de todos. Desde luego yo creo que lo más práctico es hacer como tú dices, aunque también es verdad que, habiendo organismos internacionales y tal, es dificilmente justificable no hacer cuando ves que uno de sus miembros masacra a su pueblo.

      De ahí a bombardear un país que no es el tuyo... ayer leí a un sirio, decía lo de ¡vergüenza, nadie hace nada!, pero no pedía bombazos, sino que, por ejemplo, no le vendieran armas al régimen. Quizás es otra opción, yo ya a esos niveles, prefiero opinar en el patio frente a un café. Hay analistas que proponen bombardear al régimen a ratos, es decir, cuando los insurgentes avancen, detener el ataque, y retomarlo cuando empiecen a retroceder, y mantener así la guerra lo más posible. En fin.

      No tengo ni idea de si Filipinas participó de algún modo en el ataque Libia. Hay muchos filipinos en el país (enfermeros, profes de inglés, de bastantes gremios), y más bien me parece una broma, porque se ven muchas pintadas en plan "thank you USA", "Thank you France", "Thank you...", y a alguien le parecería gracioso poner lo de los filipinos :)

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