La revolución libia, así como la inestable
situación subsiguiente, hicieron que la FIFA vetara cualquier partido de fútbol
internacional en el país. Esto es una verdadera lástima, ya que la Copa de África
2013 iba a celebrarse aquí, pero finalmente tuvo lugar en Sudáfrica y me la perdí.
Sin embargo, Blatter y sus colegas habrán
apreciado algún cambio a mejor en la zona, ya que hace poco levantaron la
prohibición. Así, el viernes pasado tuve el honor de presenciar el partido del
siglo:
Libia Vs. República Democrática del Congo.
El partido se jugaba en el Estadio Internacional,
situado en la Ciudad Deportiva de Trípoli, y nada más llegar comenzamos a llamar
la atención.
¿Y esto por qué? Bueno, digamos que un
español y una alemana más bien paliduchos difícilmente
pueden pasar desapercibidos entre unos 40000 libios. Nos miraban primero con
suspicacia y desconcierto, y una vez superada la sorpresa inicial nos sonreían
y nos daban las gracias por venir; pasábamos de ser negros en la cena de
empresa del ku klux klan, a ser Brad y Angelina en la alfombra de Cannes.
Buscamos la entrada al recinto durante unos diez
segundos, el tiempo justo para decidir que haríamos lo que los demás: saltar la
valla.
Una vez dentro, nos limitamos a seguir a la
masa. Atravesamos diversas alambradas y muros semiderruidos, saltamos un foso,
nos deslizamos por una pendiente digna de El último superviviente, y
cuando ya empezaba a dudar si iba al fútbol o a un campo de concentración, el
estadio se alzó ante nosotros.
Unos policías te cacheaban a la entrada… si
eras libio. A mí me cachearon porque me empeñé yo (¿qué pasa, que no parezco
dangerous?), y a Charlotte, que así se llamaba mi compi, ni la tocaron. ¿El precio
de la entrada? Cero dinares.
Si algún acompañante no ha asistido nunca a
un partido de fútbol, os recomiendo fervientemente que vayáis a uno, incluso si
el deporte en sí no os gusta. La impresión que causa el griterío, el ambiente,
la masa de personas hablando y riendo, el mosaico siempre cambiante de la grada…
es toda una experiencia, y lo pasas pipa.
Habíamos llegado relativamente tarde, así
que nos tocó tendido sol. Por suerte un señor barbudo, tan pronto me vio dando
palmas y gritando Libia, Libia, me regaló una bandera, que automáticamente
transformamos en sombrilla. La gente estaba como loca, cantando,
gritando y haciendo la ola, y nosotros encantados. Charlotte es una forofa del Werder
Bremen que, ante la falta de amigos que compartan su afición, se va sola al
bar para ver sus partidos, y la posibilidad de asistir a un encuentro en la ínclita
Trípoli la tenía entusiasmada. Yo, para qué deciros, me apunto a un bombardeo.
Los jugadores terminaron de calentar sobre
el césped, y la banda municipal comenzó a tocar los himnos de ambos equipos;
esto no funcionó del todo bien, el de R. D. Congo fue pitado de principio a
fin, y con el de Libia no hizo ni falta, ya que entre que cada sector de la grada
llevaba un ritmo diferente al corearlo, y que un helicóptero nos sobrevolaba en
busca de explosivos, si me hubiera puesto a cantar Paquito el Chocolatero nadie
lo habría notado.
Finalmente, los dos equipos tomaron
posiciones, y el árbitro dio comienzo al encuentro. Charlotte me hizo fijarme en
el reloj del estadio, anunciando con orgullo las cinco y media: ¡el evento había
comenzado a la hora prevista! ¿Estábamos realmente en Libia?
Temo que sí, media hora después constatamos
que el reloj seguía dando la misma hora. Inocentes.
Del partido en sí… bueno, lo diré: fue lo
peor que he visto en mi vida. Sería exagerado decir que no sabían jugar al fútbol,
pero lo sería mucho más insinuar que están para jugar la primera fase de un
mundial. Verles hilar más de dos pases seguidos era un acontecimiento, el balón
pasaba más tiempo en el aire que en el suelo, el concepto desmarcarse se había
borrado de las mentes de los jugadores…
R. D. Congo, al menos, cuenta con tres
delanteros muy rápidos, y cuando no se confundían de deporte y volaban con el
balón hasta hacer un touch down en la línea de fondo, conseguían chutar
relativamente cerca de la portería libia. En cuanto al equipo local, se encontró
con el regalo de un penalti que no era (lo vi yo con estos ojitos que se ha de
comer la tierra), y si la estirada del portero congoleño fue pésima, el tiro del número 10 libio fue horrorible, así que de goles, nada.
Lo mejor de la primera parte, ambiente en la
grada aparte, fue el pitido con el que el árbitro mandó a todos al descanso. Hartos
de estar al sol, decidimos cambiar de lugar.
Por el camino vimos de todo: libios matándose
por comprar una botella de agua en improvisados chiringuitos, la zona de
porros, pasillos que había que atravesar con la luz del móvil ante la ausencia
de luz eléctrica, hombres rezando cara a La Meca rodeados por el caos…
finalmente conseguimos volver al graderío, y nos hicimos con dos puestos a la
sombra…
… en el fondo sur.
¿Quién nos lo iba a decir? En honor a la
verdad, no era para asustarse mucho; bien es cierto que algún energúmeno tiró
bengalas, algún otro botellas llenas de agua, y que en un momento dado bastante
gente se puso a insultar al equipo visitante, haciendo que la milicia se
acercara para pedir calma. Sin embargo, la mayor parte del público reprendía a
los imbéciles, acallaba sus gritos y les arrebataban los objetos arrojadizos. En
líneas generales, yo diría que el comportamiento fue muy bueno, mejor de lo que se suele ver en no pocos estadios europeos.
Cigarrillo de considerables dimensiones |
Lerei, lerei, arsa y olé |
La bandera jugaba mejor al fútbol que los del pantalón corto |
Fidel y Guevara disfrutando del espectáculo |
El partido, como no podía ser de
otro modo, acabó cero a cero.
El resultado no le venía bien a ningún
equipo, pero los otros dos miembros del grupo mejoraron la situación: tras la
derrota de Camerún (líder) ante Togo (colista), y con dos partidos por jugar,
Libia pasa a ser primera de grupo, y depende de sí misma para dejar de ser la única
selección norteafricana que nunca ha jugado la fase final de un mundial.
Así, el balance final del partido fue
positivo: espectáculo deportivo nulo, pero buen comportamiento general y gran ambiente. El
sábado jugamos contra Togo, y aún no sé lo que haré…
Llegados a este punto creo que deberias dividir ya el blog en plan noticiero (politica, sociedad, cultura, deportes,etc). Un abrazo campeon.
ResponderEliminar¡Gachas de arrope! Bienvenido de nuevo, y sí, la cosa se está desmadrando un poco, pero bueno, en la variedad está el gusto, ¿no?
EliminarEn cuanto abra la sección de Música y DJs te aviso para que me eches un cable!