Hoy he ido a comprarme unas zapatillas, unas
sandalias. Me hacen mucha falta, aquí ya estamos con una mínima de 20 grados y
una máxima de no-lo-digo-que-lloro, y aún es mayo…
En fin, he dado un par de vueltas y no he
conseguido encontrar unas que me gusten y me estén; pero no es de eso de lo que
quiero hablar, sino de una breve conversación en árabe que he tenido en
una de las zapaterías que he visitado.
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La
paz sea contigo.
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Contigo
sea la paz, dime.
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¿Tienes
esta sandalia en una talla menos?
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A
ver… no. Sí tengo, pero en otro color.
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¿Cuál?
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Negro.
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Ah,
bueno, por qué no.
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¿La
quieres ver?
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Dame,
sí, quizás esté bien.
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¿De
dónde eres? ¿eres sirio?
Se me ponen los pelos como escarpias solo de
recordarlo.
Oh,poco a poco ya va..¿ibas ese día además especialemente barbudo?
ResponderEliminarSí, y además llevaba un turbante, una chilaba, e iba subido en un camello, ¿por? ¿Crees que pudo influir?
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