Hace ya tiempo, tuve el honor
de ser llevado a casa de una amiga por Aalá (no, no me llevó Dios; Aalá es el
diminutivo de Aalaidín, Aladino). Se trataba de un chico de unos veinticinco
años, moreno, musculoso y de pelo negro recogido en una pequeña coleta.
Nada más subirme al coche, Aalá
me preguntó mi nacionalidad, y se mostró entusiasmado al escuchar que soy
español. Me dio la mano, me dedicó una calurosa bienvenida a su país y después,
claro, me preguntó si me gustaba Libia.
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Claro que me gusta, sobre todo por la gente, que
es muy simpática. Lo malo es que a veces la vida aquí es un poco aburrida.
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Ya, tienes razón… deberías ir a Túnez, allí hay
playas estupendas, y discotecas. Fíjate en esto:
Al decir eso, se soltó el pelo
y comenzó a acariciarse los bíceps. Yo no soy demasiado
impresionable, pero empecé a temerme la posibilidad de ser violado en pleno
viaje en taxi, hasta que al fin siguió hablando:
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¿Lo ves? Yo voy a Túnez siempre que puedo: me
embadurno en aceite de oliva, me tumbo al sol, y mira lo moreno que estoy.
Luego, de noche, voy a la discoteca, aunque las mejores discotecas están en
Ibiza. De hecho, mira:
Me quedé más tranquilo, aunque
sigo sin entender a qué venía lo de soltarse el pelo. El caso es que, ignorando
totalmente lo que pudiera estar pasando en la carretera, se dio la vuelta y se
puso a buscar algo en el asiento de atrás. Yo tenía ya una mano agarrando el
volante mientras con la otra me santiguaba profusamente, cuando por fin volvió
a girarse.
Llevaba en la mano lo que en un
primer momento me pareció un ordenador portátil, pero no; era un reproductor portátil
de DVD, con su pantalla y todo. Yo nunca había visto uno. Sin dedicarle mayor
atención a la conducción, se puso a buscar un vídeo en concreto, y de repente
la pantalla se llenó de chicas en bikini bailando al ritmo de lo que yo, en mi
ignorancia, llamo simplemente música bakalaera.
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¡Ibiza, my friend! ¡Las mejores fiestas!
Aalá puso el volumen al máximo
y los siguientes cinco minutos me vi obligado a acompañarle en el deleitable
acto de agitar los brazos y “bailar” ese pedazo de musicote ibicenco,
sentaditos en el taxi, él más o menos conduciendo. La gente nos miraba
divertida, y de vez en cuando Aalá cambiaba de vídeo.
Por suerte pasamos cerca de una
mezquita, y mi conductor consideró un poco ofensivo no bajar el volumen, así
que decayó la fiesta. Al poco llegamos a mi destino, me despedí
cariñosamente y me fui.
Ah, por cierto; me cobró ocho
dinares por un trayecto que cuesta cinco, y encima me dijo algo así como “precio
de amigo”. ¿Quizá me cobró el plus discotequero? Vaya usté a saber.
Aquí os dejo con un vídeo que grabó su primo hermano, el que quiera darle al play, que lo haga bajo su propia responsabilidad:
Todas las historias que contas parecen estar protagonizadas por Sacha Baron Cohen, es increíble.
ResponderEliminarxD, Westside ist the best!!! No se me había ocurrido. Hombre, claro que para estas historietas escojo las anécdotas más simpáticas y los personajes más frikis, si no el blog sería un poco rollo. Pero vamos, la mayor parte del tiempo estoy con personas normales y tengo conversaciones más o menos normales (dentro de lo normal que es juntar a un español y a un libio, con lo dispar de sus culturas, y ponerlos a charlar de lo humano y lo divino). Saludos!
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